La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, revisó las proyecciones para la eurozona para los próximos tres años y pronosticó un desplome del 8,7% del Producto Bruto Interno (PBI) para el 2020.
“La economía de la zona del euro experimenta una contracción sin precedentes. Tenemos algunas señales de que se ha tocado fondo, pero la mejora es leve. No esperamos un repunte de la actividad hasta el tercer trimestre”, comentó la ex directora del FMI en una conferencia de prensa luego de una reunión del Consejo de Gobierno Europeo.
En las estimaciones realizadas a principios de marzo, el BCE proyectó un leve crecimiento del 0,8% para este año. No obstante, debido a la pandemia del coronavirus, los analistas de la entidad que regula el sistema financiero europeo aplicaron una fuerte corrección de la cifra, lo que supone una revisión a la baja de 9,5 puntos porcentuales.
“Los indicadores más recientes sugieren que se sale de la caída de mayo en la medida en que partes de la economía se vuelven a abrir gradualmente. Sin embargo, la velocidad y la escala del repunte sigue siendo muy incierto”, respondió la economista francesa cuando le consultaron sobre la posibilidad de un repunte en la economía del viejo continente.
En cuanto a los próximos años, para Lagarde el panorama económico de Europa mostraría una mejora una vez que la crisis sanitaria sea solucionada. De cara al 2021, el BCE espera un crecimiento del 5,1% frente al 1,3% que se había previsto en el anterior informe. En relación al 2022, se espera un incremento del 3,3%, frente al 1,4% calculado en marzo.
Ante la dura recesión que enfrenta la economía de la eurozona, el BCE implementó una batería de medidas de estímulo monetario para tratar de mitigar el impacto recesivo de la crisis.
En el marco del Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), el BCE inyectó unos 1,35 billones de euros en la economía con el fin de estabilizar a los mercados y conseguir que la fuerte recesión de la economía real dure lo menos posible.
“Las medidas que hemos adoptado en respuesta a la crisis del coronavirus ponen de relieve la continua determinación y disposición del Consejo de Gobierno de ajustar todos sus instrumentos, según proceda, para asegurar que la inflación se acerque a su objetivo de manera sostenida. Seguimos plenamente comprometidos con nuestro mandato, lo que está fuera de toda duda”, opinó Lagarde, quien consideró que este tipo de medidas tendrá un papel clave para el futuro de la economía y servirá como una herramienta efectiva para financiar a los hogares y empresas de la Unión Europea.