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Las recientes declaraciones de Powell elevaron la probabilidad de una subida de tasas en septiembre al 20%, con noviembre por encima del 50%
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El mercado de bonos se enfrenta a la incertidumbre debido a la política basada en la ambigüedad de la Fed y a la respuesta de los vigilantes de los bonos
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La estrategia de Powell pretende controlar los mercados de renta fija y variable en medio de los riesgos de inflación y recesión
Un famoso adagio del mercado dice que los vigilantes de los bonos son como los bajistas permanentes de la renta variable, excepto por el hecho de que entienden de matemáticas. Esto se debe probablemente a que, a diferencia de los bajistas permanentes, los vigilantes son famosos por saber cuándo el riesgo es demasiado desfavorable para ellos, y cuándo no lo es.
Para quienes no estén familiarizados con el término, "vigilantes de los bonos" fue acuñado a principios de los 80 por el famoso Ed Yardeni en plena crisis inflacionista. Se refiere a un comerciante de bonos que ejerce su influencia vendiendo un volumen significativo de bonos. Lo hacen para expresar su desaprobación o descontento con las políticas del emisor de bonos.
En medio de las últimas acciones de Powell, un aspecto ha quedado sorprendentemente claro: el objetivo número uno de Powell y compañía en los últimos meses ha sido asegurarse de que el mercado de bonos permanezca precisamente donde ellos quieren que esté, es decir: aturdido y confuso.
El momento Maradona de Powell
El razonamiento que subyace a la lógica de la Fed es sencillo: quiere evitar que el mercado anticipe una relajación o un endurecimiento de las condiciones financieras, manteniendo así una ventaja sobre el mercado de bonos a la hora de adaptar la política monetaria en función de los datos económicos.
Esta situación, ilustrada en parte por la divergencia en las posiciones de los futuros, otorga al presidente de la Reserva Federal y a sus colegas políticos un importante margen de maniobra para adaptar rápidamente sus políticas en los próximos meses en respuesta a la evolución de los datos económicos.
De hecho, tras el momento Kobe Bryant de Powell en el Simposio de Jackson Hole de la semana pasada -donde el presidente de la Fed afirmó claramente: "No hemos concluído el trabajo" o, en su léxico: "Tenemos un largo camino por recorrer" y reafirmó el compromiso de la Reserva Federal con el objetivo de inflación del 2%-, la probabilidad de una subida de tasas en septiembre experimentó un notable aumento, situándose en torno al 20%, según la herramienta Fed Rate Monitor Tool de investing.com.
Fuente: Investing.com
Además, las probabilidades de una subida de tasas en noviembre experimentaron un repunte significativo, superando la marca del 50%.
Más que subrayar la probabilidad real de una subida de tasas, el cambio de sentimiento dentro del mercado muestra que los inversionistas están dispuestos a permanecer inseguros sobre el ritmo de la política de la Fed hasta 2024 por lo menos.
Con los vigilantes de los bonos bajo control debido a los elevados riesgos de la política monetaria, es probable que la Fed encuentre más margen de maniobra en los próximos meses.
Ambigüedad como política monetaria
Desde el comienzo de este ciclo de subidas de tasas, la ambigüedad ha sido una de las principales herramientas de Powel para mantener a raya a los mercados. En esencia, la Fed dice una cosa, hace otra, y espera que los inversionistas se encarguen del resto valorando los riesgos.
Sin embargo, el evento de Jackson Hole del pasado viernes parece haber dejado claro que una nueva fase de este ciclo ya está en marcha: una en la que la ambigüedad ES el núcleo de la política monetaria de la Fed y no una herramienta más. Powell dijo en su discurso:
"Estamos preparados para subir más las tasas si es apropiado, y tenemos la intención de mantener la política en un nivel restrictivo hasta que estemos seguros de que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia nuestro objetivo", dijo Powell en su discurso, sugiriendo que al menos una subida de tasas adicional es posible en 2023.
"Dado lo lejos que hemos llegado, en las próximas reuniones estamos en posición de proceder con cuidado", dijo Powell. "Procederemos con cautela al decidir si endurecemos aún más o, por el contrario, mantenemos constante la tasa de interés oficial y esperamos nuevos datos”."Dos meses de buenos datos son sólo el principio de lo que será necesario para generar confianza en que la inflación está descendiendo de forma sostenible hacia nuestro objetivo. Queda mucho camino por recorrer", dijo Powell.
¿En qué se diferencia esto de todas las amonestaciones que hemos visto en los últimos años?
Bueno, en la fase de las palabras vacías, Powell y compañía engañaban activamente al mercado afirmando constantemente lo contrario de lo que habían planeado hacer en un futuro próximo.
Sin embargo, a pesar de todos los comentarios de Powell a lo largo del camino, la agenda de subidas de tasas de la Fed se desarrolló exactamente en la forma que había planeado desde el comienzo del ciclo.
El hecho es que los justicieros de los bonos se mueven actualmente en sintonía con las señales de Powell, mientras que los únicos compradores fiables de bonos son los fondos de vida y de rentas vitalicias que acumulan constantemente activos orientados al rendimiento a largo plazo.
¿Y por qué es esto tan importante? Principalmente porque el mercado de bonos ya es lo suficientemente bajista, y una nueva venta en la última parte de la curva aumentaría de nuevo los riesgos de recesión.
Por otro lado, Powell necesita simultáneamente mantener el mercado de renta variable bajo la amenaza de al menos una o dos subidas de tasas más, evitando así que la inflación vuelva a repuntar.
¿Y cómo pretende hacerlo? Pues, de nuevo, controlando el mercado de rendimientos a lo largo de toda la curva.
De hecho, hasta este momento, la ambigüedad como política monetaria ha funcionado mejor que cualquier otra política monetaria de Powell - lo que no sería tan difícil después del fiasco Covid/post-Covid.
Actualmente, esperamos un repunte de casi el 5% en el PIB del 3T, con el efectivo rindiendo al 5.30%, los rendimientos a 2 años al 5.10%, los rendimientos a 10 años al 4.25% y, lo que es más importante, las hipotecas a 30 años en máximos del siglo XXI del 7.30%.
Por supuesto, no le demos todo el mérito a Powell, ya que un mercado laboral muy resistente y un entorno empresarial robusto siguen haciendo avanzar la economía contra todo pronóstico.
Si las empresas y los consumidores estadounidenses cayeran en la tan esperada contracción, el plan de Powell podría saltar por los aires.
El gobernador de la Reserva Federal está jugando una partida de alto riesgo con la economía estadounidense. Sin embargo, por ahora, está ganando esta ronda.
Conclusión
El mercado de renta fija navega actualmente por un panorama en el que reina la incertidumbre. Los participantes en el mercado deberían esperar que la volatilidad se extienda por el importantísimo mercado de deuda en los próximos meses, ya que Powell sigue apostando por la ambigüedad como enfoque político.
Por otro lado, la economía podría mantenerse en equilibrio mientras la Fed mantenga a raya a los justicieros.
Esto llevará probablemente a un escenario del tipo buenas-noticias-son-malas-noticias, en el que sólo el indicio de una grave crisis económica llevaría a algún tipo de certeza sobre un cambio en la política económica.
Sin embargo, en el lado positivo, si los indicadores económicos siguen mostrando la actual tendencia positiva frente a los elevados tipos de interés, es muy probable que estemos ante un 2024 mejor de lo esperado.
Como siempre, en el mundo de la inversión, la paciencia es clave. Pero quizá ahora más que nunca.
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Divulgación: El autor no posee ninguno de los valores mencionados.