La jornada estuvo dominada por la publicación del tan esperado informe de inflación sobre el consumo en los Estados Unidos. Los números revelan un aumento del 0,3%, en línea con las predicciones de los analistas, pero eso no es todo. El índice de precios sobre el consumo núcleo se disparó un 0,4%, manteniendo a todos al borde de sus asientos.
En el último año, la inflación anual cerró en un 2,4%, mientras que la inflación núcleo alcanzó el 2,8%, ambas ligeramente por debajo de las expectativas. ¿Qué significa esto para la Reserva Federal? Parece que tanto los miembros que quieren mantener las tasas sin movimiento como los que quieren bajarlas pueden respirar por ahora, ya que la situación se mantiene estable, al menos hasta la reunión de junio, a menos que ocurra un giro dramático.
Profundizando en la información interna, descubrimos que el principal impulsor inflacionario este mes fue el aumento en los costos de administración de capital, vinculado al auge del mercado de valores en los últimos meses. Sin embargo, los expertos aseguran que esta es una subida temporal.
Además, los servicios se roban el protagonismo, contribuyendo en un asombroso 80% a la inflación total. Mientras tanto, los bienes duraderos apenas representan una fracción, y los bienes no duraderos continúan su descenso de precios.
¡Pero hay más! Los precios de hoteles y alojamientos temporales también experimentaron un alza, gracias a una economía vibrante que tiene a la gente gastando en experiencias.
Este panorama, sin duda, presiona a la Fed para reducir las tasas, pero deberemos esperar hasta junio para ver si se desata esa bomba financiera. Los mercados no están celebrando esta noticia, sino más bien ajustándose a una narrativa que parece mantenerse sin grandes cambios. ¡Prepárate para lo que viene!