Los inversores siguen en vilo este lunes pero la sensación de pánico que impulsó el desplome de las acciones del viernes ha desaparecido. Las acciones cerraron de forma desigual incluso después de que la reversión de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 3 meses y a 10 años se ampliara hasta 5 puntos básicos.
Fue esa reversión del viernes, la primera entre estos dos puntos de la curva de rendimiento desde 2007, lo que desencadenó la venta masiva. La reversión ocurre cuando los tipos a corto plazo se sitúan en niveles más elevados que los tipos a largo plazo y esta particular reversión se considera el indicador más fiable de que está llegando una recesión.
Fiable si creemos que esperar un año o dos hasta que llegue la recesión es un indicador significativo. A menudo tarda por lo menos ese tiempo y ha habido un par de falsos positivos por el camino también —breves reversiones que no van seguidas inminentemente por una recesión.
Por otra parte, hay una escuela de pensamiento que plantea que las extraordinarias iniciativas de estímulo por parte de la Reserva Federal y otros bancos centrales, que han comprado bonos por valor de billones de dólares, han aplanado la curva de rendimiento, lo que la hace más propensa a una reversión temporal o un nuevo y accidentado tira y afloja. Ésa era la opinión de la expresidenta de la Fed, Janet Yellen, cuando se le preguntó el lunes en Hong Kong.
Ella sugirió que el mercado podría estar indicando un recorte de los tipos de interés en lugar de anunciar una recesión. Los mercados de futuros ya están diciendo que un recorte a finales de este año cada vez es más probable, aunque nadie espera una subida en meses. En esa conferencia de Hong Kong, el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, dijo el lunes que creía que hasta la segunda mitad del año 2020 las autoridades no iban a considerar otra subida de los tipos de interés.
Como dijo el presidente de la Fed, Jay Powell, la semana pasada, Evans sigue siendo optimista en cuanto a la economía a pesar de que la Fed ha reducido sus previsiones de crecimiento para este año hasta el 2,1%. Evans es ligeramente menos optimistas, y sitúa sus expectativas entre el 1,75% y el 2%.
El rendimiento de los bonos soberanos se está desplomando en todo el mundo pues a los inversores les preocupa el crecimiento. El rendimiento de los bonos a 10 años entró el viernes en territorio negativo por primera vez desde 2016, antes de la caída en los bonos del Tesoro a 10 años. Ese rendimiento también se redujo aún más el lunes.
Podría decirse que la mayor economía de Europa se enfrenta a mayores obstáculos que la de Estados Unidos, y la encuesta del PMI publicada el viernes indicó que el sector manufacturero ha sufrido una contratación en marzo por tercer mes consecutivo. Pero el lunes, el índice del IFO sobre confianza empresarial subió inesperadamente hasta 99,6 puntos en marzo tras los 98,7 revisados en febrero, su sexto descenso consecutivo.
El nerviosismo en torno al rendimiento de los bonos ha eclipsado en gran medida lo que debería haber sido noticia alcista para la economía estadounidense, pues la fiscalía ha anunciado que la investigación del asesor especial Robert Mueller no encontró evidencia de colusión entre Rusia y la campaña de Trump en el año 2016. El informe no pondrá fin a la controversia, pero sin duda es una gran victoria para el presidente y su administración. A lo sumo, esta noticia puede haber evitado nuevos descensos de las acciones.
Mientras tanto, el Brexit sigue su tortuoso camino hacia un resultado todavía imposible de predecir. Es uno de los imponderables que mantienen en vilo a los inversores y susceptibles a factores detonantes como la reversión de la curva de rendimiento del viernes.
La esperanza es que la curva de rendimiento se corrija sola en los próximos días. La mayoría de los analistas cree que la reversión debe durar una cantidad considerable de tiempo, incluso un trimestre, para que verdaderamente sea indicio de una recesión. Muchos creen que la venta masiva de acciones del viernes es una reacción exagerada, ya que a los inversores les quedan un montón de oportunidades en los meses anteriores a una recesión, incluso aunque eso se convierta en la señal en algún momento.