La aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela pone al desnudo las discrepancias entre los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tuvo su 46° Asamblea General hace dos semanas en Santo Domingo, República Dominicana.
Los embajadores y representes de los países miembros discutieron y dieron sus fundamentos del porqué si o no a la Carta Democrática, pero no votaron su aplicación. De esta forma, sigue la incertidumbre sobre Venezuela, cada vez más cerca del hundimiento social y humanitario.
Las relaciones entre los países miembros tambalean y ponen en jaque una organización que parecería está haciendo ojos ciegos a lo que pasa en la región. Algunos países sobre los cuales se debatió fueron los siguientes:
CUBA
Se expuso una realidad distinta de la que se quiere mostrar, teniendo como invitada especial a la ex presidente de la República de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda.
El modelo político-económico y social que se ha impuesto en Cuba en nombre del socialismo ha traído, en lugar de prosperidad, más pobreza generalizada y un enorme retraso a los cubanos. A su vez ha dividido al país y a las familias, ha creado discriminación y exclusión y ha concentrado las riquezas, los recursos, la economía y las decisiones políticas en pocas manos.
Cuba necesita el apoyo internacional para trabajar con los ciudadanos en un nuevo proyecto de prosperidad, libertad, dignidad y bienestar construidos por todos, buscando el acceso al poder a través de dos vías: las propuestas de reformas legales y constitucionales y la presentación de candidatos a todos los niveles de gobierno electivos por parte de los ciudadanos y de las organizaciones que así lo consideren.
Es necesario que se considere el atropello de los derechos humanos liberando a los presos políticos, así como la de aquellos injustamente encarcelados.
Cuba tiene el derecho como país a tener la libertad de elegir, convocando elecciones limpias, libres y plurales, crear e implementar mecanismos de incidencia para reformar la ley electoral y la de asociaciones cubanas que den la oportunidad a la sociedad de terminar con 50 años de una dictadura y poder participar libremente en las elecciones del año 2018.
La triste conclusión es que, a pesar de que el mundo, especialmente Estados Unidos se está abriendo cada vez más a Cuba, el régimen no se abre a su propia población.
La responsabilidad de los estados miembros de la OEA extensivo a los gobiernos de América Latina, hasta ahora actores pasivos y en algunos casos cómplices de la realidad es desmantelar la doble cara que Cuba muestra al mundo y establecer un nuevo orden democrático, pacífico e inclusivo.
VENEZUELA
Venezuela se encuentra hoy en una encrucijada mientras su gobierno, pueblo y economía se enfrentan a los mayores disturbios que el país ha vivido en veinte años. La situación humanitaria se está saliendo rápidamente de control con desabastecimiento masivo de alimentos que limitan a muchos a una sola comida al día, escasez de medicinas de primera necesidad causando fácilmente muertes prevenibles y con apagones eléctricos a lo largo del país que paralizan toda actividad normal.
Las autoridades argumentan la existencia de un diálogo pero al día de hoy hay 118 presos políticos y la inflación es escandalosa.
El proceso revocatorio está en marcha con infinidad de irregularidades, sin embargo, el pueblo venezolano no decae y la oposición ya alcanzó las firmas necesarias para el revocatorio y que al cierre de esta nota han conseguido la validación del doble de firmas de las exigidas por el Consejo Electoral para revocar al presidente Maduro.
Es necesario y deber de la OEA tomar acciones para defender los principios democráticos de un Estado miembro, es necesario que se crea y envíe una misión de observación electoral para el próximo proceso de referendo revocatorio.
NICARAGUA
Nicaragua está ante una gran encrucijada:
- Transitar hacia el afianzamiento y prolongación de un régimen dictatorial que tarde o temprano desembocará en confrontación
- Optar por el camino de restaurar el proceso democrático.
El 6 de mayo pasado el Consejo Supremo Electoral convocó inexplicablemente tardía a las elecciones generales previstas para noviembre de 2016, contradiciendo la práctica instaurada hace más de veinte años de convocar con un año de anticipación.
La mayor fuerza opositora, conformada por diferentes partidos políticos, movimientos y sectores de la sociedad civil fueron despojados de sus derechos políticos de participar en las elecciones nacionales a Presidente, Vicepresidente y Diputados.
Conclusión
La lucha contra la impunidad en América Latina fue el eje central del debate en la mesa de democracia y corrupción en las sesiones de la OEA.
Más de 54 organizaciones debatieron durante horas poniéndose de acuerdo en la necesidad urgente de elecciones democráticas y limpias, fortaleciendo los órganos electorales con miras a garantizar la integridad de los procesos y la realización de elecciones libres, asegurar la independencia de poderes en los países que tienen cooptado los poderes en un solo gobernante e implementar mecanismos de consulta ciudadana como plebiscitos y referendums.
Es necesario en forma imperiosa que se tomen medidas respecto a las vulnerabilidades de los sistemas electorales de la región. Es necesario verdaderas reformas para transparentar elecciones libres y democráticas.
No es sólo una crisis de corrupción de los gobernantes y concentración de poderes: es el sistema y la vista gorda del resto de los gobernantes.