En el espectáculo circense en que se convirtió esta semana el primer debate electoral, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que la economía del país experimenta una recuperación en forma de V. Su oponente demócrata, Joe Biden, hizo uso del abecedario para sumarse a la nueva tendencia que apunta a una recuperación en forma de K, es decir, una mejoría desigual en la que solo algunos salen bien parados, entre ellos los que se han beneficiado de su exposición a la bolsa americana.
A poco más de un mes para que los estadounidenses acudan a las urnas el próximo 3 de noviembre, la brecha entre el inquilino de la Casa Blanca y el ex-vicepresidente de EEUU sigue siendo constante, con el demócrata blindando una ventaja de más de 7 puntos. De hecho, a estas alturas de la carrera, Trump se encuentra más rezagado que cualquier otro candidato desde el republicano Bob Dole, en 1996.
En Pensilvania, el estado que a día de hoy se postula como el que decidirá las elecciones, Trump se encuentra hasta 6 puntos por detrás de Biden. Mientras tanto, ha perdido unos 7 puntos en Michigan y Wisconsin. Ambos estados, junto con Minnesota, Maine y Nuevo Hampshire, donde el demócrata sale reforzado en los últimos sondeos, sugieren que Biden está recuperando a algunos de los votantes blancos de clase obrera que encumbraron a Trump hasta la victoria en 2016.
De hecho, Biden está tan cerca de ganar los estados tradicionalmente republicanos de Carolina del Sur o Alaska como Trump de ganar Michigan y Wisconsin, según las encuestas más recientes. Dicho esto, el portal FiveThirtyEight todavía estima que el republicano cuenta con un 20% de probabilidades de revalidar su cargo, aunque la cifra lleva decreciendo lentamente desde hace varios días. Sin embargo, las condiciones económicas siguen jugando en contra del mandatario.
Sin acuerdo para el estímulo
Mientras los demócratas presentaron a comienzos de semana un proyecto de ley por valor de 2,2 billones de dólares en estímulos adicionales, que incluye pagos directos a los contribuyentes y más ayudas a las PYMES, aerolíneas, desempleados así como estados y municipios, la Casa Blanca aboga por un flotador adicional de 1,6 billones de dólares.
En la tarde del jueves estaba previsto que la Cámara de Representantes, en manos de los demócratas, sometiera a votación su plan de estímulo mientras que su presidenta, Nancy Pelosi, tenía previsto negociar de nuevo con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
A falta de un plan bipartidista concreto antes de las elecciones, el jueves conocimos como la expiración de las prestaciones adicionales por desempleo a finales de julio provocó una caída del 2,7% mensual en los ingresos personales de agosto. Por su parte, durante la semana del 19 de septiembre, 11,7 millones de estadounidenses llevaban más de dos semanas cobrando subsidios por desempleo.
Después de que EEUU perdiera 22,1 millones de puestos de trabajo entre marzo y abril, recuperó 7,5 millones en mayo y junio cuando los restaurantes y otras empresas comenzaron a reabrir por fases. Pero el crecimiento del empleo se desaceleró a 3,1 millones en julio y agosto y se proyecta que el informe del viernes muestre 850.000 aumentos en la nómina en septiembre.