Este 2015 ha sido uno de los años más volátiles en los mercados internacionales: los precios de las materias primas se desplomaron, los índices accionarios a nivel mundial presentaron la corrección más grande desde 2011 y China sorprendió a los mercados con una devaluación de su moneda, la cual, aunque pequeña, significó mucho para los inversionistas.
Detrás de varios de esos eventos se encuentra la divergencia que presentan los bancos centrales a nivel mundial, y es que, desde la crisis de 2008, estas entidades mantuvieron una misma dirección hasta 2015, cuando la Reserva Federal, el banco central estadounidense, se apartó del grupo y decidió hacer la esperada subida en su tasa de política monetaria.
A pesar de que la divergencia se concretó hasta el mes de diciembre, con el Banco Central Europeo bajando tasas y la FED subiéndolas, la expectativa de este movimiento impulsó al dólar durante todo el año, lo que generó mayor presión sobre las materias primas y devaluó las monedas de economías emergentes.
En Aldesa esperamos que la tónica del 2016 sea similar, la FED continuará evaluando el momento oportuno para hacer la siguiente subida (podría ser en marzo), mientras que el resto de bancos centrales mantendrán sus políticas bastante laxas. Esto no debería de generar los movimientos que vimos en 2015, aunque la volatilidad se mantendrá en los mercados a medida que se ajustan a la consolidación de dicha divergencia.