Puede que el Banco Popular de China (el banco central) insista que no tiene intención de devaluar el yuan, pero los flujos de capital están presionando a la baja a la moneda. Las reservas de China en moneda extranjera son amplias, pero están lejos de ser ilimitadas, o incluso suficientes si persisten las salidas de capital, destacan economistas de Societe Generale en un informe donde exploran las alternativas de inversión en caso de que el tipo de cambio llegue a 7,5 yuanes por dólar.
“Las autoridades chinas seguirán ajustando las restricciones de la cuenta de capital, pero el riesgo es que el ajuste podría no ser suficiente. Nuestro escenario central (65% de posibilidades) proyecta que el tipo de cambio llegue a 6,80 yuanes por dólar en 2016 de una forma gradual y controlada, pero hay un riesgo grande y creciente (35%) de que el tipo de cambio llegue a 7,50 este año”, de acuerdo con el informe de Societe Generale.
Según el reporte, si el banco central quiere ser capaz de reducir las tasas de interés mientras el país mantiene abierta su cuenta de capital y un tipo de cambio fijo, entonces debe ceder algo. La presión en este escenario está en último término en el yuan, dice SocGen.
De acuerdo con el informe, si bien un tipo de cambio en 7,50 no es en sí suficiente para mover la aguja del crecimiento global, las repercusiones de un movimiento descontrolado en esa dirección hacen que ellos recomienden no exponerse a activos ni a deuda china, sólo con exposición indirecta a acciones chinas a través del índice MSCI emergente, hasta que el yuan llegue a un nuevo equilibrio. Además, en ese escenario recomiendan no exponerse a deuda en Asia, y a apostar a favor de las acciones large-cap y corto en small-cap.
Las monedas más impactadas serían el rublo (se depreciaría 40%), el rand sudafricano (-31%) y el peso mexicano (-21%). Por esto, las apuestas irían en el dólar contra el yuan, el rand sudafricano, el peso mexicano, entre otras.
Si el contagio se expande hacia las monedas emergentes, este sentimiento negativo llevaría a mayor debilidad en los commodities, con el petróleo cayendo 10% y el cobre llegando a 90 centavos la libra; por el contrario, el oro subiría 20%.