En los últimos meses, los informes de empleo del Bureau of Labor Statistics (BLS) han superado repetidamente las estimaciones de los economistas y parecen desafiar la lógica. Esto es particularmente cierto cuando leemos comentarios sobre la situación del estadounidense promedio como el siguiente:
"Lohanny Santos, residente de Nueva York, expresó públicamente su frustración después de que sus intentos de ir puerta por puerta con su currículum en mano con la esperanza de conseguir finalmente un trabajo no tuvieran éxito."
Business Insider cita estadísticas que señalan que Estados Unidos y Canadá ocupan el quinto lugar de siete en cuanto a desempleo juvenil y el tercero en cuanto a desempleo total, según datos del Banco Mundial basados en un modelo de la Organización Internacional del Trabajo para 2020.
Incluso los que tienen un MBA lo tienen difícil:
"Jenna Starr pegó una nota adhesiva azul en su monitor unos meses después de obtener su MBA de la Universidad de Yale el pasado mes de mayo. Decía: 'Consíguete el trabajo'. No fue hasta la semana pasada, cuando recibió una oferta largamente esperada, que finalmente pudo quitarla."
The Wall Street Journal relata la historia de Starr, cuya búsqueda de empleo colisionó con una desaceleración en la contratación de puestos bien remunerados de oficina. Si buscas en Google (NASDAQ:GOOGL) "No puedo encontrar un trabajo", obtendrás muchos enlaces a artículos.
La pregunta, por supuesto, es por qué las personas con títulos universitarios, nada menos, tienen tantas dificultades para encontrar empleo. Después de todo, además de los informes de empleo que rompen récords, también seguimos viendo cifras de solicitudes de desempleo en niveles casi mínimos y un gran número de ofertas de trabajo disponibles, como se muestra a continuación.
El Washington Post abordó parte del problema y explicó por qué la tasa de desempleo de los graduados universitarios es más alta que la de todos los trabajadores:
"Parte del problema es que las industrias con la mayor escasez de personal —incluyendo restaurantes, hoteles, guarderías y hogares de ancianos— no son necesariamente en las que los recién graduados desean trabajar. Mientras tanto, las industrias en las que sí quieren trabajar —tecnología, consultoría, finanzas, medios de comunicación— están anunciando despidos y reevaluando sus planes de contratación."
El desencanto de los graduados: ¿desajuste entre oferta y demanda o estrategia empresarial?
El Washington Post resume:
"El resultado es otra disrupción para una generación de graduados universitarios cuyos años cruciales de estudios ya se vieron trastocados por la pandemia. En entrevistas, muchos dijeron que habían tenido dificultades para adaptarse a la educación a distancia a principios de 2020 y sentían que habían perdido oportunidades de establecer conexiones con profesores, empleadores y otros estudiantes que podrían haber sido cruciales para obtener trabajo después de la graduación. Ahora, al entrar en el mercado laboral, dicen que se sienten cada vez más desilusionados con la economía, lo que alimenta el descontento político y les hace replantearse la independencia económica que pensaban conseguir después de la universidad."
Por supuesto, no solo el cierre de la economía y el cambio al trabajo desde casa están causando el problema. También lo es el cambio en la demanda de los consumidores hacia servicios más convenientes, combinado con la necesidad de las empresas de mantener la rentabilidad.
Powell, presidente de la Fed, habla sin tapujos
Desde principios de siglo, la economía estadounidense ha pasado de estar basada en la manufactura a estar orientada a los servicios. Hay dos razones principales para ello.
La primera es que el "costo de la mano de obra" en Estados Unidos para fabricar productos es demasiado alto. Los trabajadores nacionales quieren salarios altos, beneficios, vacaciones pagadas, tiempo libre personal, etc. Además, existen numerosas regulaciones sobre las empresas, desde la OSHA hasta la Sarbanes-Oxley, la FDA, la EPA y muchas otras. Todos esos costes adicionales influyen en la producción de bienes o servicios. Por lo tanto, las empresas necesitan deslocalizar la producción a países con costes laborales más bajos y mayores índices de producción para fabricar bienes de forma competitiva.
Durante una entrevista con Greg Hays de Carrier Industries, el razonamiento para trasladar una planta de México a Indiana durante la administración Trump fue muy interesante.
"Lo bueno de México es que tenemos una plantilla muy talentosa. Los salarios son obviamente mucho más bajos. Alrededor de un 80% más bajos de media. Pero el absentismo es de alrededor del 1%. La rotación es de alrededor del 2%. Una fuerza laboral muy, muy dedicada.
Lo que es mucho más alto en Estados Unidos. Y creo que eso es parte de estos... los trabajos, de nuevo, no son trabajos en una línea de montaje que [los estadounidenses] encuentren realmente atractivos a largo plazo."
El presidente de la Fed, Powell, subrayó este punto en una reciente entrevista de 60 Minutes. Concretamente:
"SCOTT PELLEY: ¿Por qué era importante la inmigración?
PRESIDENTE DE LA FED POWELL: Porque, ya sabes, los inmigrantes vienen y tienden a trabajar a un ritmo igual o superior al de los no inmigrantes. Los inmigrantes que llegan al país tienden a estar en la fuerza laboral a un nivel ligeramente superior al de los nativos americanos. Pero eso se debe principalmente a la diferencia de edad. Suelen ser más jóvenes."
La supresión de salarios, el aumento de la productividad para reducir la cantidad de mano de obra necesaria y la deslocalización han sido un proceso de varias décadas para aumentar la rentabilidad de las empresas.
¿Qué podemos concluir?
- Descontento de los graduados por la falta de oportunidades que se ajusten a sus intereses y expectativas.
- Cambio en la demanda de los consumidores hacia servicios, generando escasez en sectores poco atractivos para los jóvenes.
- Estrategias empresariales de optimización de costes, incluyendo deslocalización y supresión salarial, lo que limita la creación de empleos con salarios dignos.
- Reformas educativas que atiendan mejor a las necesidades del mercado laboral actual.
- Incentivos para las empresas que creen puestos de trabajo de calidad en Estados Unidos.
- Políticas que aborden la desigualdad salarial y garanticen un nivel de vida digno para todos los trabajadores.
Un problema local: la inmigración y el mercado laboral
Tras el cierre relacionado con la pandemia, las empresas se enfrentaron a múltiples amenazas a su rentabilidad: restricciones en el suministro, un aumento en la demanda de servicios y escasez de mano de obra. Al mismo tiempo, la inmigración masiva (tanto legal como ilegal) proporcionó una fuerza laboral dispuesta a ocupar puestos de trabajo con salarios más bajos y a trabajar independientemente del cierre. Desde 2019, el cambio de empleo acumulado ha favorecido a los trabajadores nacidos en el extranjero, que han ganado casi 2,5 millones de puestos de trabajo, mientras que los trabajadores nacidos en el país han perdido 1,3 millones. Como era de esperar, los trabajadores nacidos en el extranjero también perdieron muchos menos puestos de trabajo durante el cierre pandémico.
Dado que la mayoría del empleo sigue estando en trabajos de servicios de baja remuneración (es decir, restaurantes, comercio minorista, ocio y hostelería), es por eso que los empleos a tiempo parcial han dominado los empleos a tiempo completo en informes recientes. En relación con la población en edad de trabajar, el empleo a tiempo completo ha disminuido drásticamente después de no recuperar los niveles previos a la pandemia. 
Sin embargo, como se señaló, el empleo a tiempo completo ha disminuido desde 2000 ya que los servicios dominan los procesos intensivos en mano de obra como la manufactura. Esto se debe a que "exportamos" nuestra "inflación" e importamos "deflación". Hacemos esto para comprar televisores de pantalla plana por $299 en lugar de $3,999. Esto también explica por qué la economía continúa creciendo más lentamente, requiriendo niveles de deuda cada vez mayores.
Para los recién graduados universitarios, todo esto conduce a una perspectiva más sombría.
La inmigración es necesaria, pero tiene consecuencias
Para mantener el crecimiento económico, se necesita crecimiento poblacional. En otras palabras, "la demografía es el destino". Como tal, hay dos formas de obtener tasas de crecimiento poblacional más robustas: nacimientos naturales e inmigración. Como se muestra a continuación, la tasa de fertilidad en Estados Unidos es problemática, ya que no estamos produciendo suficientes niños para reemplazar a una fuerza laboral envejecida.
Esto es particularmente problemático dada la rápida vejez de los adultos mayores en comparación con una población en edad laboral en declive. Esto significa que el subfinanciamiento de los derechos continuará creciendo, requiriendo más emisión de deuda para cubrir la brecha. 
Sin embargo, existe una gran diferencia entre las políticas de inmigración que importan trabajadores altamente calificados, capital y educación, en comparación con aquellas que no lo hacen. Las políticas de inmigración basadas en el mérito traen trabajadores que ganan salarios más altos, crean negocios, emplean mano de obra y generan ingresos fiscales y otras contribuciones económicas. Sin embargo, las políticas actuales están generando un flujo de mano de obra menos calificada y no educada que trabajará por salarios más bajos, producirá menos ingresos y será subsidiada por los contribuyentes a través de programas de bienestar. Como se mencionó anteriormente, estos trabajadores tienden a ocupar los empleos en las áreas de servicio de la economía, desplazando así a los trabajadores nacidos en el país. Este fue un punto destacado por el WSJ:
"Antes de la pandemia, los adultos nacidos en el extranjero tenían casi la misma probabilidad que la población en general de tener al menos una licenciatura. Esto se debía principalmente a un mayor nivel educativo entre los inmigrantes de Asia, África y Europa, que compensaba los niveles más bajos de escolaridad entre las personas de México y América Central".
Después de la pandemia, esto no ha sido el caso, lo que está afectando el empleo de los nacidos en el país. Este no es un problema nuevo, sino uno abordado por Bill Clinton en el Discurso del Estado de la Unión de 1995:
"Los trabajos que tienen podrían ser ocupados por ciudadanos o inmigrantes legales; los servicios públicos que utilizan imponen cargas a nuestros contribuyentes".
Tal es la consecuencia natural de un cambio en las demandas de la economía y la necesidad de que las corporaciones mantengan la rentabilidad en un entorno finalmente deflacionario.
Conclusión
Si bien hay mucho debate sobre la inmigración, la mayoría de los argumentos no diferencian entre la inmigración legal e ilegal. Ciertamente, hay argumentos que se pueden hacer en ambos lados. Sin embargo, lo que es menos discutible es el impacto que la inmigración está teniendo en el empleo. Por supuesto, a medida que los trabajadores nacidos en el país continúan exigiendo salarios más altos, beneficios y otros apoyos financiados por impuestos, esos costos deben ser trasladados por las empresas que crean esos productos y servicios. Al mismo tiempo, los consumidores exigen precios más bajos.
Ese desequilibrio entre los costos de entrada y el precio de venta lleva a las empresas a buscar opciones agresivamente para reducir el costo más alto para cualquier negocio: la mano de obra.
Las reducciones en el empleo inicialmente se concentrarían en empresas donde los precios más altos reducen rápidamente las ventas. A lo largo de un período más largo, sin embargo, más empresas reemplazarían a los trabajadores con salarios bajos por trabajadores con salarios más altos, máquinas y otros sustitutos. A medida que los empleadores trasladan parte de esos costos a los consumidores, estos compran menos bienes y servicios. Consecuentemente, los empleadores producen menos bienes y servicios. Cuando el costo de emplear a trabajadores con salarios bajos aumenta, el costo de invertir en máquinas y tecnología disminuye." - Oficina de Presupuesto del Congreso. Tal es la razón por la cual el empleo a tiempo completo ha disminuido desde 2000 a pesar del aumento en la economía de Internet, la robótica y la inteligencia artificial. También es por eso que el crecimiento salarial no crece lo suficientemente rápido como para sostener el costo de vida del estadounidense promedio. Estos desarrollos tecnológicos aumentaron la productividad de los empleados, reduciendo la necesidad de mano de obra adicional.
Desafortunadamente, estas historias de graduados universitarios que esperan empleos bien remunerados probablemente seguirán encontrando dificultades cada vez mayores. Especialmente a medida que la "Inteligencia Artificial" se vuelva lo suficientemente económica para reemplazar a los empleados mejor remunerados.
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