Este lunes los griegos despertaron con una realidad, que hasta hace unos días estaba solo en la mente de los más pesimistas. Los bancos están cerrados, por lo que las personas no pueden acceder a ahorros (las operaciones con cajeros automáticos están limitadas), se establecieron controles a la salida de capitales y el país está a un día de no pagarle al Fondo Monetario Internacional (default). Pero, ¿cómo se llegó a esta situación tan precaria? Hay cinco días claves y a continuación los explicamos:
Partido Siryza gana las elecciones (25 enero). No se puede decir que Grecia estaba bien antes de que Siriza ganara las elecciones, desde que inició la crisis el PIB de ese país se redujo en un 25% y la tasa de desempleo era de las más altas de Europa. No obstante, las cosas iban en buen camino, Grecia pudo captar en mercados internacionales y estaba cerca de lograr un superávit fiscal primario, es decir, antes de pagar intereses por la deuda.
Sin embargo, existía dentro del país un descontento, debido a las medidas que la Troika ( Eurozona, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) le había solicitado a cambio de la ayuda que estaba recibiendo. Ahí es donde encontró un lugar el partido de extrema izquierda Siryza, que con un discurso populista prometió seguir en el euro, pero renegociando los paquetes de austeridad.
Los griegos le dieron su voto al partido y de la mano de su líder, Alexis Tsipras, comenzaron a renegociar el paquete de ayuda, algo que no fue bien visto desde un inicio por sus acreedores.
Grecia logra extensión de programa de ayuda (2 marzo). Desde el gane, Tsipras se dedicó a llevar su mensaje al resto de países de la Unión Monetaria, aunque estos respondieron de forma negativa a la solicitud. La Troika y, principalmente Alemania, no se vio impresionada por la propuesta griega, ni por su nuevo Ministro de Finanzas, un profesor de teoría de juegos de ese país, que ha sido clave en el debacle reciente.
Como no se logró llegar a un acuerdo para un nuevo programa de rescate por un periodo más largo, se decidió extender el programa hasta el cierre de junio, con el fin de que en esos cuatro meses ambas partes pudieran ponerse de acuerdo.
Pero, a medida en que junio pasaba, se veía más difícil la posibilidad de un acuerdo. Tsipras quedaba poco a poco en una posición muy incómoda, donde no podía acceder a las solicitudes de Europa sin sentir que estaba violando sus promesas de campaña.
Grecia anuncia un referéndum nacional para votar plan de rescate (26 junio). El pasado viernes, después de cerrar los mercados, el líder griego anunció que llamaría a un referéndum el 5 de julio, para que el país pudiera elegir si se acepta o no el plan de ayuda que le estaban proponiendo.
Esto demuestra la clara línea de la Troika de no ceder ante las propuestas de Siryza, quien realizó promesas que claramente no puede cumplir. Por otro lado, en el resto de la Eurozona existe un agotamiento por parte del electorado sobre el actuar griego. A los europeos les molesta el hecho de que han estado ayudando a un país que parece no entender que no puede recibir fondos adicionales sin realizar las reformas necesarias.
Para poder realizar este referéndum en condiciones más tranquilas, Grecia solicitó una extensión de un mes del programa actual, el cuál vence al cierre de junio.
Europa rechaza solicitud de postergar el programa por un mes (27 junio). Los miembros de la Eurozona se reunieron y mostraron su disgusto con la decisión de Tsipras, señalando que “no tenía sentido seguir en la mesa de negociación si se iba a dar un referéndum”. Por lo que rechazaron la solicitud de extender el programa de ayuda actual.
Esto significa que a partir del primero de julio Grecia estaría por su cuenta y no recibirá más dinero hasta no conocerse el resultado del próximo domingo. Esta es una medida de presión que envía una clara señal a los griegos, pero también al electorado de otros países, donde partidos similares a Siryza han estado ganando terreno, por ejemplo Podemos en España.
Esta noticia llevó la crisis griega a un nivel nunca visto desde que comenzó a tener problemas en 2011 e incrementó considerablemente la posibilidad de una salida desordenada del grupo monetario.
Liquidez del BCE y feriado bancario (28 junio). Después de la decisión del bloque Europeo, la gran pregunta era que iba a hacer el Banco Central Europeo. Desde hace unos meses el sistema financiero griego ha estado respaldado por una facilidad de liquidez de emergencia. La anterior está amparada por bonos griegos y hasta el viernes estaba en los 89 billones de euros, unos US$97 billones. Ayer domingo la entidad monetaria dijo que no la aumentará y que se mantendrá en ese nivel. Muchos especulan que está cerca de completarse.
Esta decisión obligó a las autoridades griegas a implementar un feriado bancario, que básicamente significa que los bancos no abren, con el fin de evitar una corrida de depósitos. Adicionalmente, anunció controles de capitales que impiden la salida de euros del país.
Diferentes reportes señalan que, como ha sucedido en otros países, las personas más adineradas ya sacaron su dinero de Grecia desde hace meses y los que quedan son las personas menos pudientes y las pequeñas empresas, por lo que estas serán las más golpeadas.
Hasta el momento no se sabe hasta cuándo permanecerán cerrados los bancos, lo más lógico es que sea hasta el día del referéndum. Por lo que la apuesta es alta y el pueblo griego irá a las urnas en un ambiente de bastante incertidumbre, que no se imaginaban ni en los momentos más tensos de los últimos años.
Estas noticias han enviado nerviosismo a todos los mercados, por lo que muchos se han mantenido a la baja durante este lunes. De igual manera, los rendimientos de los bonos griegos presentaron fuertes movimientos al alza, evidenciando el temor de los inversionistas. Dicho esto, no se aprecia pánico, los movimientos, hasta el momento, son los esperados, debido a que el mercado no esperaba un deterioro tan rápido.