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Los riesgos de contraparte y riesgos internos son un desafío omnipresente que puede tener consecuencias significativas para empresas, inversores y la economía en general.
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Los custodios fiduciarios, desempeñan un papel fundamental al proporcionar medidas de seguridad robustas y sistemas automatizados que ayudan a mitigar la exposición a estos dos grandes desafíos de las finanzas digitales.
En el escenario financiero global, donde convergen grandes flujos de capital y las transacciones se llevan a cabo de manera rutinaria, los riesgos de contraparte y los riesgos internos forman parte de una serie de desafíos que pueden tener un impacto sustancial en las empresas, los inversores y la economía en general, persistiendo como una realidad omnipresente.
El riesgo de contraparte se refiere a la posibilidad de que uno de los participantes en una transacción financiera no cumpla con las obligaciones que ha asumido según los términos del contrato o acuerdo estipulado. Este riesgo es inherente a cualquier actividad financiera que involucre dos o más partes, ya sea en forma de préstamos, transacciones de valores, criptomonedas, contratos de futuros u otros instrumentos financieros.
En el mundo de los activos digitales, el riesgo de contraparte es especialmente relevante cuando se utiliza un exchange centralizado. Los usuarios confían en estas plataformas para almacenar y gestionar sus activos pero la historia ha demostrado con ejemplos, como lo sucedido con FTX o MT GOX, que estas pueden ser víctimas de fraude y hackeos que llegan a comprometer la seguridad de sus activos.
Actualmente este riesgo es uno de los mayores desafíos, ya que puede afectar la seguridad, la integridad y la confianza en el ecosistema financiero digital. Para protegerse ante este riesgo, es crucial que las empresas y los usuarios implementen medidas adecuadas, como la selección cuidadosa de contrapartes confiables, la diversificación de riesgos y la utilización de contratos claros y ejecutables en el ámbito digital.
Una forma efectiva de mitigar el riesgo de contraparte es el uso de guardianes fiduciarios. Estos custodios están sujetos a estrictas regulaciones, lo que asegura que operen con altos estándares de seguridad y transparencia en el manejo de fondos. Los custodios fiduciarios, como BitGo, tienen la responsabilidad legal de actuar en el mejor interés de sus clientes, proporcionando una capa adicional de protección contra el incumplimiento de obligaciones contractuales.
Y contrario a lo que se podría pensar, el utilizar un guardián fiduciario no limita la posibilidad de continuar realizando las operaciones en los venues y exchanges de preferencia, a través de funcionalidades como Pago contra Entrega y también asignaciones de uso para liquidaciones fuera de bolsa como hacen las cámaras de compensación.
Por otro lado, otro de los factores de riesgo a considerar, es el riesgo interno, el cual se refiere a las pérdidas potenciales resultantes de fallos en los procesos internos. En el contexto de los activos digitales, estos riesgos pueden incluir errores humanos como la errónea gestión de las claves privadas, fallos tecnológicos como la caída de sistemas o errores de software que pueden resultar en la equivocada ejecución de transacciones. Un simple error puede resultar en la pérdida irreversible de las inversiones.
Uno de los desafíos internos más importantes se encuentra el ligado al fraude, que puede perjudicar a la organización desde adentro con el acceso a las plataformas digitales, específicamente en firmas de transacciones. Este es inherente al uso de cualquier tipo de tecnología que divida el uso de las llaves de acceso en quorum.
Para evitar este tipo de riesgo, las organizaciones implementan controles y políticas estrictas, como la segregación de funciones, auditorías internas, monitoreo continuo y capacitación en seguridad para los empleados. Sin embargo, en ocasiones todas estas capacidades pueden tornarse ineficaces y piden medidas fiduciarias de una contraparte ciega o neutral.
Las organizaciones recurren al apoyo de proveedores de tecnología de custodia los cuales son entidades o servicios que se encargan de almacenar y proteger activos digitales en nombre de los usuarios; estos pueden incluir criptomonedas como Bitcoin, así como otros activos digitales. Al hacer uso de estrategias Multi-Sig o MPC se distribuye la responsabilidad de la firma en más de una parte, lo que permite añadir una capa de políticas que deben de cumplirse antes de que alguna de las partes firme.
Uno de los ejemplos más claros es que si un usuario almacena sus Bitcoin en una billetera digital que resulta ser hackeada, corre el riesgo de perder sus fondos. Sin embargo, si el usuario confía sus Bitcoin a un custodio que implementa rigurosas medidas de seguridad, como almacenamiento en frío y protocolos de seguridad de múltiples firmas, los usuarios pueden reducir su exposición al riesgo de contraparte asociado con el almacenamiento de criptomonedas en una billetera digital o una plataforma de intercambio que podría ser vulnerable a ataques cibernéticos o a insolvencia.
Existen diversos riesgos inherentes a los activos digitales debido a la complejidad del medio, por lo cual, es fundamental estar bien informado, conocerlos y buscar el máximo grado de protección en la adquisición y custodia de los activo digitales. El uso de soluciones de grado institucional y los procesos de auditoría a los que se someten los custodios fiduciarios son hasta el momento el máximo grado de protección al que se puede acceder, ayudando a proteger a los usuarios contra hackeos y riesgo de incumplimiento.