Decisión unánime. Banco de México publicó las minutas de su reunión de política monetaria del pasado 25 de octubre en donde decidió reducir la tasa de referencia en 25pb a 3.5%, su nivel históricamente más bajo. En nuestra opinión, uno de los dos miembros de la Junta de Gobierno que creemos que estuvo en contra de tres de los pasados cuatro recortes de tasa, estuvo de acuerdo en esta última reducción debido a la desaceleración substancial de la economía mexicana, así como el hecho de que esta decisión iba a venir acompañada de un mensaje explícito de que no habría más reducciones hacia delante. Por otro lado, como hemos mencionado anteriormente, el otro miembro de la Junta de Gobierno que no estuvo de acuerdo con el recorte de septiembre, ya no se opuso en esta ocasión debido a que las preocupaciones sobre la inminencia del tapering por pare del Fed disminuyeron considerablemente (al menos al momento en el que se llevó a cabo esta reunión).
Menor crecimiento e inflación históricamente baja, pero no más recortes. En nuestra opinión, resulta contrastante leer a lo largo de las minutas, que la Junta de Gobierno resalta que los riesgos para el crecimiento y la inflación a nivel global y local son a la baja y que al mismo tiempo, hayan decidido “cerrar la puerta” a reducciones adicionales a la tasa de referencia.
En este sentido, solo encontramos tres argumentos que apoyan la decisión de haber sido muy explícitos respecto a que no se están considerando más reducciones: (1) La tasa de referencia está cerca de cero; (2) la brecha del producto va a estar en terreno negativo por un periodo de tiempo prolongado, pero se cerrará en el horizonte de tiempo en el que actúa la política monetaria; y otro argumento que sólo estuvo apoyado por un miembro de la Junta de Gobierno, (3) “…una reducción adicional en la tasa de referencia no contribuiría a una mayor actividad económica y sí podría generar riesgos de estabilidad financiera en el futuro…”.
Argumentos no muy contundentes para haber “cerrado la puerta” a más recortes. En nuestra opinión, la tasa de referencia en 3.5% no está cerca de cero (si no pregunten a un trader de tasas de interés o del mercado de dinero). Adicionalmente, si la política monetaria en México actúa principalmente vía los canales de transmisión de expectativas y tipo de cambio -teniendo poco impacto en la actividad económica-, el argumento de que la brecha de producto se encontrará en terreno negativo por mucho tiempo, pero no dentro del tiempo en el que la política monetaria tiene influencia, no es muy relevante. En este contexto, continuamos pensando que Banxico debería de haber continuado reduciendo la tasa de referencia, aprovechando la mejor posición relativa con la que cuenta México hoy en día frente a otros mercados emergentes, en un contexto de desaceleración económica e inflación históricamente baja –en donde, además, no se perciben grandes riesgos al alza para la inflación, resultado de la reforma fiscal aprobada-, y así haber podido disminuir el diferencial de largo plazo entre la tasa de fondos federales de EE.UU. y la tasa de fondeo de México. Esto le permitiría a Banxico comenzar de una tasa mucho menor al momento de tener que iniciar un ciclo de política monetaria restrictiva, máxime si las condiciones le permiten esperar a que el Fed comience a subir tasas.