¿Cómo se me va el dinero a fin de mes? ¿En qué estoy gastando? Estas son algunas de las frases que se suelen escuchar en muchas de las personas que buscan solucionar cuestiones relacionadas con sus finanzas personales. La preocupación por los gastos mensuales es parte de un sentimiento de angustia y frustración que se evidencia al momento de evaluar el presupuesto a fin de mes y preguntarse desconcertadamente en qué se va el dinero.
Uno de los grandes enemigos son los llamados "gastos hormiga". ¿Pero qué son? ¿A qué se refieren?
Son la llamada “enfermedad silenciosa”. Son esos pequeños consumos diarios que se realizan casi inadvertidamente y que, al final del día, parecen que no afectan en nada a las finanzas. El problema radica cuando estos consumos diarios se los evalúa a lo largo del tiempo, pues ahí es cuenta se podrá evidenciar que se ha gastado una gran cantidad de dinero.
Hay que valorar cada compra que uno haga, sin importar el monto que se pague. A fin de cuentas, todo va sumando en sus gastos totales. Cuestiones como viajes en taxi, exquisiteces en la panadería, café o cerveza en bares. A lo que me refiero es que estos ejemplos de gastos hormiga no implican que no se deban consumirse, sino que su consumo habitual y continuo es lo que erosiona sus finanzas personales. Estas pequeñeces son las que quitan capacidad de ahorro y en generan intranquilidad en su vida.
La clave es: si son hábitos que realmente le gustan, va a ser difícil eliminarlos totalmente. Por eso empiece reduciendo su consumo paulatinamente.
Para eso la recomendación es identificar con claridad esos consumos diarios que hacen que su dinero desaparezca sin darte cuenta. La solución es un lápiz y papel que permita escribir cada gasto de manera detallada y de acuerdo con los rubros para ir puliendo dicho presupuesto.
Si eso no ha sido suficiente, sume todos estos gastos hormiga en el plazo de un año (sumando cuánto gasta cada mes) y aplíquele el aumento de inflación. Allí verá cómo estas pequeñas hormiguitas han ido comiendo su dinero. Si además lo hubiese invertido, la diferencia sería más sorprendente. Identificar y accionar son los dos pilares para combatir los gastos hormiga. ¿Estás dispuesto a lanzarte al cambio?