En la reunión de febrero del FOMC, la Fed volvió a un incremento de 25 puntos base. El testimonio de Jerome Powell muestra que la opinión ha cambiado de nuevo con la fuerza de los datos que sugieren la necesidad de una tasa de política final más alta y potencialmente más rápida. Dados los largos y variados desfases, las probabilidades de un aterrizaje brusco y una final reversión de la política monetaria están aumentando.
El espíritu de los funcionarios agresivos vuelve a estar de moda
El testimonio semestral del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha adoptado sin duda un tono más agresivo que en sus últimos comentarios importantes de febrero. Entonces hablaba de deflación, pero ahora reconoce que "las presiones inflacionistas están siendo mayores de lo que se esperaba en el momento de nuestro anterior Comité Federal de Mercado Abierto". Además, los últimos datos económicos "han sido más fuertes de lo esperado", lo que "sugiere que el nivel final de las tasas de interés será probablemente más alto de lo previsto". En diciembre, la previsión media de los funcionarios de la Reserva Federal era que la tasa de interés objetiva de los fondos de la Reserva Federal se situara en el 5.1%, pero el mensaje de Powell de que las tasas serán más altas durante más tiempo significa ahora que los mercados están valorando la tasa de los fondos de la Reserva Federal en el 5.4% para finales de año. A partir de ahora, se prevén subidas de 100 puntos base.
Powell continuó advirtiendo que "si la totalidad de los datos indicaran que está justificado un endurecimiento más rápido, estaríamos preparados para aumentar el ritmo de las subidas de tasas". Antes de la publicación de las declaraciones, los mercados preveían un endurecimiento de las tasas de alrededor de 30 puntos base en el Comité Federal de Mercado Abierto de marzo, pero ahora se sitúan en 35 puntos base. Por lo tanto, 25 puntos base sigue siendo el resultado ligeramente favorable, pero entre ahora y el 22 de marzo tenemos el informe de empleo de este viernes y la semana que viene las cifras de inflación, ventas minoristas y vivienda.
Pero los riesgos de un aterrizaje brusco están aumentando
Los generosos factores de ajuste estacional y el clima inusualmente cálido (enero fue el sexto más cálido jamás registrado en Estados Unidos) han contribuido sin duda a la actividad y la inflación a corto plazo, y esto debería desaparecer en los próximos meses. Los datos no van a ser tan "calientes" como en enero, pero tampoco confiamos en que muestren una debilidad extrema. En consecuencia, tenemos que reconocer la posibilidad de que si el mercado se mueve en la dirección de descontar totalmente 50 puntos base, es poco probable que la Reserva Federal se contenga.
No obstante, seguimos insistiendo en que la política monetaria funciona con retardos largos y variados, por lo que aún no hemos notado plenamente los efectos del periodo más agresivo de endurecimiento de la política monetaria desde hace más de cuarenta años. El problema no es sólo el aumento de los costos de los préstamos, sino también la disponibilidad de crédito, ya que la propia encuesta de la Reserva Federal sobre los responsables de préstamos pone de relieve la rapidez con que los bancos están dejando de conceder préstamos. Así pues, nos encontramos ante un problema cada vez más grave, tanto en lo que se refiere al costo como al acceso al crédito, que corre el riesgo de provocar un aterrizaje más duro para la economía de lo que los mercados descuentan actualmente.
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