El Producto Bruto Interno (PBI) de China sufrió una caída del 6,8% durante el primer trimestre del año. Se trata del peor resultado desde que comenzaron las publicaciones trimestrales del PBI en la década de 1990.
A pesar de ser uno de los únicos países que aparenta haber controlado la crisis sanitaria, la economía del gigante asiático ha sufrido un fuerte impacto en los primeros tres meses del año.
Las medidas de prevención tomadas por el gobierno chino con el fin de contener la expansión del coronavirus han provocado un abrupto colapso en la actividad económica de la segunda potencia mundial. Para tener una dimensión del impacto del virus, en el último trimestre de 2019 la economía china crecía a un ritmo del 6% interanual.
Aunque todavía queden tres trimestres en los que China podría revertir la contracción económica, si el resto del mundo continúa sin controlar la crisis sanitaria, lo más probable es que la nación asiática tenga su primer año de recesión económica desde 1976.
Según lo que afirmó la administración de Xi Jinping, luego de tener más de 88 mil infectados y unas 4632 muertes, el país ya ha superado la peor etapa de la enfermedad.
No obstante, pese a que el número de nuevos casos es considerablemente menor, la mayoría de los ciudadanos chinos todavía son cuidadosos y limitan su desplazamiento a lo mínimo indispensable. Por lo tanto, le llevará mucho tiempo a China recuperar el nivel de crecimiento económico previo al coronavirus.
En marzo, las ventas minoristas se desplomaron hasta un 15,8% interanual, lo que notifica una leve mejora si se compara con el desplome del 20,5% que sufrió en los dos meses anteriores.
Por su parte, la tasa de desempleo en zonas urbanas se mantuvo en un 5,9%, lo que también podría considerarse como una recuperación respecto al máximo histórico de 6,2% que registró febrero.
Sin embargo, los pésimos datos de la economía real de China no han generado un gran impacto en los mercados financieros bursátiles. Los índices de Wall Street, en sintonía con la bolsa europea, obtuvieron ganancias superiores al 2%.
Por ahora, el único perjudicado por el mal dato del gigante asiático ha sido la industria petrolera. El precio del barril WTI de Texas se ha desplomado hasta los $17,50, su nivel más bajo desde el 2001. La industria del crudo ha sido una de las más perjudicadas con la pandemia del coronavirus en lo que va del 2020: el “oro negro” ha perdido cerca de un 72% de su valor.