Hay dos formas muy distintas de ver la economía mexicana en estos momentos: lo que los datos económicos dicen que ha ocurrido en este inicio de año y lo que la evidencia empírica histórica advierte que podría ocurrir en los próximos meses.
La actividad económica en México ha tenido un muy buen inicio de año en 2023. En términos generales, los datos recientes muestran un mayor dinamismo respecto al cierre del año pasado.
Así, en el primer trimestre de 2023, la actividad económica nacional ha mostrado resiliencia ante un entorno externo complejo.
En gran parte se justifica esta mejora porque la economía estadounidense sigue dando síntomas de recuperación. Además, mantiene una muy favorable evolución en el mercado interno y todavía recibe un muy importante flujo de remesas familiares.
Los indicadores IGAE de enero, y su estimación oportuna de febrero, muestran desempeños por arriba del 3.0% anual. El próximo 28 de abril, el INEGI dará a conocer su reporte del PIB del primer trimestre.
En el primer trimestre del año el empleo formal sumó 9.7% más puestos de trabajo afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en comparación con el mismo periodo de 2022.
También, la producción y la exportación de vehículos en México repuntaron más de 8.5 por ciento anual. De acuerdo con el indicador adelantado PMI elaborado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) en marzo el sector servicios ha regresado a terreno de expansión.
El consumo interno está fuerte, con la ANTAD reportando crecimientos promedio en ventas mismas tienda de 8% anual.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumó a las revisiones al alza respecto a la proyección de crecimiento para México este año. De acuerdo con la última edición del World Economic Outlook, el PIB de nuestro país crecerá 1.8% este año, ligeramente mejor a la última estimación de 1.7 por ciento. Previamente, el Banco Mundial mejoró sustancialmente la proyección al pasarla de 0.9 a 1.5%
Así, es muy probable que el PIB de México pudo haber crecido alrededor de 3.0% anual en el periodo enero marzo.
Sin embargo, a pesar de este buen comienzo de año, se espera un menor crecimiento del PIB de México para todo el 2023. Nuestra expectativa es una expansión de 1.8% (vs. 3.1% en 2022). El menor crecimiento esperado se explica principalmente por un deterioro en las expectativas de crecimiento para la economía de Estados Unidos durante la segunda mitad del año y, especialmente, para su actividad industrial.
Esto es, una desaceleración en la segunda mitad de este año. El riesgo de recesión económica está presente en EUA debido a la larga racha de incrementos en la tasa de interés por parte de la Fed, en su lucha para controlar la inflación.
Incluso estas probabilidades de recesión aumentaron a raíz del tumulto financiero generado por una posible crisis de la banca comercial global. Todavía es muy prematuro para evaluar el verdadero impacto que podría tener en la economía real, a través de una restricción crediticia.
Una efectiva recesión económica en EUA afectaría considerablemente al crecimiento de la economía mexicana e incluso también podría romper la tendencia positiva de la moneda mexicana vs el dólar.