Ayer vimos un repunte de todas las clases de activos. Acciones, bonos, materias primas, todos los activos principales. Son días en los que un inversor debería estar en los mercados, pero a menudo se prefiere un perjudicial e imprudente market timing, la estrategia de intentar comprar lo más bajo posible y vender lo más alto posible, bajo el supuesto de saber predecir el momento óptimo para hacerlo, renunciando a los grandes beneficios a largo plazo para evitar algunos daños colaterales a corto plazo.
Sin embargo, como dijo Benjamin Graham (para no citar de nuevo a Warren Buffett) "una operación de inversión es aquélla que, tras un análisis minucioso, promete la seguridad del capital y un rendimiento satisfactorio. Las transacciones que no cumplen estos requisitos son especulativas".
Así pues, con la inversión en valor se introdujo el concepto de "margen de seguridad", es decir, compro algo que hoy cotiza a 70 en el mercado, pero con un valor intrínseco (basado en análisis de diversa índole) de al menos 100. De este modo, incluso si me viera obligado a invertir en algo de valor, el valor intrínseco sería de al menos 100. De este modo, aunque me equivoque, seguiría teniendo margen de sobra y me llevaría un beneficio a casa.
Así, el valor intrínseco (o valor razonable) es el valor que atribuimos a unas acciones, basándonos en datos y perspectivas.
Personalmente, creo que basarse en estimaciones de flujos de caja es un muy buen método, ya que (y no lo digo yo) el valor de una empresa hoy no es más que el valor de sus futuros flujos de caja descontados.
Traducido, si invierto "100", espero que esa inversión genere un flujo de caja cada año, y así sucesivamente a lo largo del tiempo. Todos esos flujos de caja futuros hay que descontarlos, es decir, traerlos al momento actual, y de ahí sale el valor intrínseco.
Por ejemplo, con InvestingPro+ puedo utilizar en la sección de "filtros" la opción de elevar el valor razonable para encontrar todas aquellas acciones que tienen, por ejemplo, un descuento del 30% (o más) sobre el valor razonable (véase más abajo).
El valor razonable de un valor se calcula entonces como la media de varios modelos matemáticos (DDM, DCF, múltiplos, etc.).
¿Basta todo esto para estar seguro de haber hecho una buena compra? Obviamente no, porque además de asegurarnos de que estamos comprando a un buen precio, también tenemos que asegurarnos de que estamos comprando valores de calidad tanto pasada como futura. Sólo entonces habremos reunido ambos componentes para hacer una buena inversión.
Y por último, lo más importante, el aspecto del comportamiento. Olvídese de que el precio de un valor convergerá con su valor razonable al cabo de 1 día o 1 semana, ya que a menudo tardará meses o incluso años, por lo que la paciencia, el seguimiento periódico y la gestión de las caídas serán claves en el camino del inversor.
Por eso invertir es sencillo, pero no es fácil (Warren Buffett)
¡Hasta la próxima!