Últimamente no ha habido apenas un día en el que no haya llegado a los titulares alguna mala noticia para el gigante las redes sociales Facebook (NASDAQ:FB). El viernes pasado fue un post de la empresa revelando que un error de software dio acceso a otros desarrolladores a las fotos de millones de usuarios.
A principios de esta semana hubo otra revelación acerca de la manipulación de Rusia de las últimas elecciones de Estados Unidos a través de esta plataforma, en un informe encargado por la Comisión de Inteligencia del Senado. El informe decía que Instagram, propiedad de Facebook, jugó un papel más importante de lo que la empresa había admitido, dando la impresión de que el director ejecutivo y fundador, Mark Zuckerberg, había intentado restar importancia a la utilidad de su web como uno de los activos más preciados para los manipuladores rusos.
Y precisamente ayer, el New York Times publicaba:
"Durante años, Facebook ha dado a algunas de las principales empresas tecnológicas más acceso intrusivo a datos personales de los usuarios de lo que ha divulgado, eximiendo efectivamente a los socios de estas empresas de sus reglamentos de privacidad habituales”.
En resumen, en los últimos 12 meses se han conocido muchas noticias devastadoras sobre Facebook. Desde el escándalo de Cambridge Analytica a errores de todo tipo, desde el extremismo violento en el interior de Facebook a la marcha de varios directivos, y todos estos acontecimientos contribuyeron a perjudicar la reputación de la compañía como una de las plataformas sociales más seguras.
Este bombardeo continuo de titulares negativos en los últimos dos trimestres no ha ayudado a la recuperación de las acciones de la compañía tras su profunda depresión. Tras todo el revuelo de las acciones tecnológicas en 2018, Facebook se vislumbra como el gran perdedor del grupo FAANG, que incluye Amazon (NASDAQ:AMZN), Apple (NASDAQ:AAPL) y Google (NASDAQ:GOOGL). Facebook cerró ayer en 143,66 dólares, habiendo descendido casi un 21% desde principios de año y un 34% con respecto a sus máximos de 52 semanas.
Este gran rendimiento es un importante indicador de que los inversores no sólo dudan de la eficacia del liderazgo de Zuckerberg, sino que también siguen siendo recelosos de su habilidad para sacar a la empresa de este lío. Además, están contemplando la posibilidad de que el Gobierno de Estados Unidos implemente regulaciones más estrictas. Eso alteraría el modelo de negocio de la compañía, con la que el gigante de las redes sociales ha ido obteniendo una riqueza sin precedentes para sí mismo y para millones de inversores desde su salida a bolsa en 2012.
Pocas posibilidades de cambio en 2019
En nuestra opinión, los dos próximos trimestres serán cruciales para Facebook. La empresa necesita demostrar a los inversores que ha gestionado y superado la crisis a la que se ha enfrentado en 2018. En esencia, la compañía sigue teniendo suficiente poder financiero para superar a sus competidores.
Pero si implementar un cambio significativo podría ser difícil, el reto más grande para Zuckerberg podría lo rápido que puede restaurar la confianza de los inversores en su liderazgo y demostrar que no quedan más sorpresas negativas. En nuestra opinión, estas grandes incógnitas han perjudicado a Facebook más que la disminución de ingresos.
Como ya comentábamos en un artículo este mes, el rival de Facebook Twitter (NYSE:TWTR) lo ha hecho mucho mejor en este frente. Esto se ha reflejado en lo generosamente que los inversores han premiado a Twitter por su transparencia incluso en este ambiente altamente incierto para las acciones de crecimiento.
Una vez superadas todas las malas noticias, creemos que Facebook está en una posición mucho mejor para recuperarse y retomar su trayectoria de crecimiento, especialmente porque todavía lleva las plataformas sociales más populares del mundo, incluida Instagram y WhatsApp. Dicho esto, es difícil argumentar un posicionamiento alcista en cuanto a las acciones de Facebook para 2019.
A medida que la empresa aumenta su gasto para hacer sus propiedades más aceptables a ojos de los reguladores, de los políticos y especialmente de los usuarios, los inversores no esperan el tipo de márgenes que vieron en su día. En las zonas más rentables para Facebook —Estados Unidos, Europa y Canadá—, es poco probable que se observe un crecimiento de usuarios en el año 2019. En Europa, una ley de privacidad digital aprobada recientemente amenaza con lastrar el crecimiento, mientras que el número de usuarios diarios de su app de Messenger y Facebook ya ha tocado techo en Estados Unidos y Canadá.
A medida que sus plataformas de siempre maduran en términos de crecimiento de usuarios, la misma Facebook está advirtiendo a los inversores de que los nuevos motores de crecimiento, como los mensajes privados en WhatsApp y Messenger, los videos de la web de Facebook y los diarios en foto y video llamados “historias” de Instagram y Facebook, tardarán un tiempo en producir ventas al ritmo observado por los inversores durante la última expansión.
En conclusión
La creciente amenaza de las regulaciones del Gobierno, el debilitamiento de la red de Facebook y la posible ralentización del crecimiento global son los tres principales riesgos para la recuperación de la empresa en 2019. Estos factores podrían someter a una gran presión el crecimiento a corto plazo de la empresa y demorar aún más la recuperación del precio de las acciones. En este contexto, creemos que las acciones de Facebook seguirán siendo vulnerables a un mayor debilitamiento, al menos durante la primera mitad del año 2019.