(Por Paulina Yazigi S.)
Empezando este año, comenzamos a posicionarnos para nuestras inversiones nuevamente. Después de “hacerle el quite” a la renta fija latinoamericana, porque mostró retornos negativos desde mediados de 2014 a la fecha, estamos enfrentando una clase de activo con grandes atractivos. Medido por el índice benchmark, en 2015 ésta cayó en 8,6% en las clasificaciones más seguras (grado de inversión) y 10,4% en la clase high yield.
¿Y qué enfrentamos hoy mirando hacia 2016?
Hoy el spread promedio de Latam está en torno a 640 puntos base. Dado el nivel de tasa del tesoro de Estados Unidos, esto implica una TIR de los bonos en promedio, en torno a 8,8%. Esto es más de 2,0% que como partíamos el año anterior.
¿Es este nivel de spreads justo?
Los fundamentos sin duda se han deteriorado, con niveles de endeudamiento mayores, menores flujos de caja, y mayores tasas de default. Esto podría justificar de cierta manera la diferencia con el resto de MMEE o con US HY, pero los niveles actuales creemos que son aún más altos que lo que justifican sus fundamentos.
Dado esto, sólo por devengo podríamos tener un retorno cerca de 8,8%. Pero si el mundo se pone bonito, o menos feo, debiéramos esperar un alza del Tesoro a 10 años de cerca 60pb, lo que creemos podría verse fácilmente compensado por una reducción de (al menos) 100 pb en los spreads de Latam. Con esto, el retorno superaría los dos dígitos. En un escenario negativo, que incluso limitaría lo inverosímil, se podría alcanzar un retorno plano (de 0%) con los spreads subiendo a niveles de las crisis 2008-2009 al mismo tiempo que la tasa a 10 años de Estados Unidos subiera hasta 3,0%.
Si no se quiere estar tan cargados en Brasil, a pesar de los atractivos yields, incluso se podría aspirar a retornos cerca del 10% en una cartera 50/50 entre IG y HY.