Los mercados financieros globales continúan volátiles en la última sesión de un mes muy negativo. El coronavirus ha trasladado su epicentro de China a Europa y las medidas restrictivas para atajar la crisis han provocado el pánico. La incertidumbre sobre el efecto de esas restricciones en la economía se mantiene.
Así, las principales bolsas en el mundo operan con altibajos, mientras los inversionistas esperan más señales de que la economía global pueda sortear las consecuencias de un confinamiento prácticamente mundial para contener la propagación de la pandemia de coronavirus.
Las bolsas siguen demostrando su debilidad para encarar un rebote que podría decirse que comenzó la semana pasada, cuando por fin la mayoría consiguió cerrar en positivo en el acumulado semanal por primera vez en cinco semanas.
La atención se gira a China para tratar de hacer estimaciones sobre cuándo y cómo se puede empezar a superar la crisis. La industria manufacturera de China volvió a crecer en marzo tras el desplome registrado en febrero y logró situar su indicador de referencia, el índice gerente de compras oficial (PMI), en 52 puntos, por encima de 50 lo que indica expansión, después de tocar un mínimo de 35.7 del mes pasado. Además, el mercado anticipaba un dato peor, en 45 puntos.
El informe del PMI de servicios también se publicó, y quedó en 52.3 frente a la estimación de 42.1 y la referencia previa de 29.6.
Todo parece indicar que, poco a poco, la economía se está recuperando en China, algo que también esperamos que ocurra en los países desarrollados una vez superada la crisis sanitaria. El fuerte giro en la actividad empresarial del gigante asiático da esperanza a las economías occidentales que actualmente se encuentran confinadas.
Por otro lado, en la Eurozona, la inflación se desaceleró en marzo, según una primera estimación conocida este martes. La guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita redujo los precios de la energía y la pandemia de coronavirus detuvo la actividad económica en todo el bloque. El IPC se ubicó en tasa anual en 0.7/, frente al 1.2% de febrero previo.
En EUA, la administración del presidente Trump está discutiendo medidas adicionales de ayuda fiscal por valor de 600 mil millones de dólares, además del histórico paquete de rescate de 2 billones de dólares firmado hace un par de días.
Por otro lado, Trump y Putin han acordado reunirse (sin establecer una fecha) para estabilizar los precios energéticos. Con ello, el precio del WTI rebota un 5% a niveles cercanos a los 22 dólares desde sus mínimos de noviembre de 2002 marcados ayer lunes.
En el caso de México, la producción de crudo de Pemex cayó 4% en febrero pasado, a un nivel de un millón 637 mil barriles diarios, 68 mil barriles menos que en enero de este año. Este resultado es el más bajo desde octubre de 2019 y con este rompe una racha de cuatro meses con producción en ascenso. Mientras, la mezcla mexicana cayó 20.23% a los 10.37 dólares por barril, su menor nivel desde 1999.
El gobierno de México declaró ayer la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor tras alcanzar 1,094 infectados y 28 fallecidos por coronavirus, una decisión que incluye profundizar las medidas para evitar la propagación del brote. La disposición estará vigente hasta el 30 de abril y en ningún caso “quiere decir un estado de excepción”. Entre las medidas que se tomarán, figuran la suspensión inmediata, hasta el 30 de abril, de las actividades no esenciales en los sectores público, privado y social.
El peso mexicano se mantiene cotizando cerca del cierre de ayer, en niveles alrededor de $23.80 spot. A las 8 am, en EUA se dará a conocer el índice de confianza de los consumidores y las expectativas son de un fuerte deterioro, lo que podría incidir negativamente sobre la moneda mexicana.
Por el resto del día, el tipo de cambio podría fluctuar entre los $23.55 y $24.15 spot (el euro entre $1.091 y $1.101).