Esta semana la Reserva Federal estadounidense acapara toda la atención de los mercados financieros globales. Su encuentro de política monetaria concluye este miércoles 04 de mayo (1pm el comunicado con los resultados del encuentro; 1.30pm, la conferencia de prensa).
Todo parece indicar que la Fed subiría en 50 puntos base su tasa de fondeo. Esto después de que, en días recientes, su presidente Powell puso sobre la mesa un alza de medio punto porcentual, siendo el último de los integrantes del comité de política monetaria que abogó por inclinarse hacia ese nivel de aumento.
Esa subida sería el doble de la adoptada en marzo, que fue de un cuarto de punto y supuso la primera vez que la Fed incrementaba los tipos de interés desde 2018.
El principal objetivo de la Fed en estos momentos es mitigar la elevada inflación, que en marzo pasado se situó en EUA en 8.5% anual, el nivel más elevado registrado desde 1981.
Ahora bien, la clave no será tanto este incremento en la tasa de fondeo, sino cualquier insinuación sobre los niveles futuros de subidas, así como cualquier declaración en cuanto a la reducción del balance de activos de la Fed, que actualmente se ubica cerca de 8.6 billones de dólares.
Las minutas de la reunión de marzo indican que, en general, los funcionarios decidieron reducir el balance de activos en 95 mil millones de dólares al mes (60mmd en bonos del tesoro; 35mmd en hipotecarios).
La decisión de la Fed se da en un escenario económico y financiero global de alta incertidumbre. En particular, por las crecientes preocupaciones sobre el suministro energético por parte de Rusia y las señales de ralentización económica de China debido a la ampliación de los confinamientos están haciendo temer por el impulso.
En este sentido, el temor de los operadores radica en sí la Fed será lo suficientemente eficaz para evitar que el endurecimiento monetario termine traduciéndose en un aterrizaje forzoso de la economía, esto es, que provoque un estancamiento o en el peor de los casos una recesión económica.
No es una tarea fácil y menos con el antecedente equivocado que tuvo el banco central sobre la trayectoria de la inflación.
Actualmente, aunque la Fed ha hecho una buena gestión de las expectativas del mercado sobre tiempos e intensidad de las subidas de tasas, los inversionistas en el mercado de futuros le apuestan a que la tasa de interés de fondeo estadounidense pueda cerrar el año en niveles cercanos al 3.0%, muy por arriba del 0.50% actual y de las expectativas que actualmente tiene la Fed (alrededor de 2.0%). Hasta la reunión de junio la Fed actualizaría sus estimados de indicadores económicos y financieros.
Así, es difícil pensar que el tono del comunicado y la conferencia de prensa de Powell puedan sorprender a los mercados y considerarse más hawkish de lo anticipado, al menos para el tema de la tasa de interés de fondeo.
Sobre la reducción del balance de activos, la única manera de que sea considerado más hawkish de lo esperado es que se anuncie el comienzo de la reducción mensual por un monto mayor a los 95 mmd.
Ambos escenarios son poco probables, por lo que por más extraño que parezca, después del anuncio de la Fed no se puede descartar un comportamiento favorable de la mayoría de los activos riesgosos, en particular el peso mexicano, ya que el mercado descuenta prácticamente por completo ese escenario.
Esto es, la moneda mexicana podría en los siguientes días volver a acercarse a cotizaciones alrededor de $20.0 en el mercado al mayoreo.