En línea con nuestra expectativa –y la del mercado-, el FOMC mantuvo sin cambios su postura monetaria. En su reunión de los días 30 y 31 de julio, el Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) decidió mantener el programa de compra de activos en 40mmd en MBS y 45mmd en bonos del Tesoro de largo plazo. Asimismo, reiteró que, para apoyar el progreso hacia el máximo empleo y la estabilidad de precios, un alto grado de lasitud en la política monetaria seguirá siendo apropiado por un tiempo considerable, después de que termine el programa de compra de activos, y que la tasa de “fed funds” permanecerá en niveles extremadamente bajos, al menos mientras la tasa de desempleo permanezca por encima del 6.5% y la inflación para los próximos uno a dos años se proyecte que no supere en más de medio punto porcentual el objetivo de largo plazo de 2.0%, y las expectativas de inflación estén bien ancladas.
El comunicado que acompañó a la decisión de política monetaria tiene pocos cambios respecto al emitido en la reunión de mediados de junio. No obstante destacamos tres cambios principalmente: (1) Se reconocen las presiones recientes sobre las tasas de interés hipotecarias; (2) se espera que la economía se acelere; y (3) mencionan que la inflación por debajo de 2% implica un riesgo.
El sector residencial sigue recuperándose aunque las tasas hipotecarias se han presionado. En el primer caso, si bien el FOMC reconoció nuevamente que este sector se ha fortalecido, en esta ocasión añade el comentario de que las tasas hipotecarias han aumentado en cierta medida. En nuestra opinión, esto responde a la expectativa del FOMC de que las decisiones de política monetaria.