- S&P volvió a bajar la calificación de la deuda soberana de Brasil, manteniendo la perspectiva negativa
- Dejaron la puerta abierta a una baja adicional dado el entorno político y la volatilidad económica
- Destaca la preocupación de la agencia en cuanto al desempeño de las cuentas fiscales
- No descartamos bajas en la calificación por parte de otras calificadoras
Después de que en septiembre S&P quitara el grado de inversión a Brasil, hoy vuelve a bajarle la calificación de BB+ a BB, manteniendo la perspectiva negativa. Cabe recordar que en abril de 2008 la agencia calificadora S&P otorgó a Brasil el grado de inversión. Varios años después, el 28 de julio de 2015 colocó en perspectiva negativa la calificación de su deuda soberana, para recortar en septiembre de ese año en un nivel la calificación de BBB- a BB+, ubicándola en terreno de especulación (bono basura o junk bond) y manteniendo la perspectiva negativa. Hoy la agencia anunció un nuevo recorte para ubicarla en BB y mantuvo la perspectiva negativa. Explicaron que la perspectiva negativa refleja que, de acuerdo con su percepción, hay una probabilidad de más de uno en tres de que puedan volver a bajar la calificación debido al riesgo de posibles cambios en la implementación de las políticas, dada la dinámica en el entorno político y la inconsistencia de iniciativas, o como resultado de mayor volatilidad económica de la que actualmente esperan.
Destacaron los riesgos en el frente de la política fiscal. S&P considera que el perfil crediticio de Brasil se ha debilitado y que los retos políticos y económicos que enfrenta el país siguen siendo considerables. Ahora esperan un proceso de ajuste más prolongado con una corrección más lenta de la política fiscal y un año más de contracción económica. Destacaron los riesgos en el frente de la política fiscal debido a la inhabilidad del gobierno para pasar medidas presupuestarias a finales del 2015, lo que ahora se complica ante el proceso de destitución de la presidenta Rousseff en el Congreso. Esperan que el déficit del gobierno sea del 8% del PIB en 2016 y 2017, antes de disminuir a 5% en 2018, contra 10% del PIB observado en el 2014. Mientras que anticipan que el déficit primario será de 1% en el 2016 y 2017 y esperan un superávit en el 2018.
Estiman una contracción del PIB de 3% en el 2016 antes de que se empiece a observar un crecimiento positivo en el 2017. Igualmente, destacaron que la dinámica de inflación significa un reto adicional para Brasil. Del lado positivo, destacaron que las cuentas externas se están ajustando más rápido de lo esperado.