La incursión de Rusia en Ucrania, junto con los precios del petróleo de tres cifras tanto en el caso del Brent como en el del WTI que la invasión ha contribuido a desencadenar, han alterado el panorama energético en sólo dos semanas.
Dado el paradigma aún cambiante de la propia materia prima —tanto desde el punto de vista del precio como de la producción— y la economía mundial que depende de ella, hay tres cuestiones importantes que hay que tener en cuenta para estar al tanto de cómo pueden reaccionar los participantes del mercado y cuáles podrían ser las posibles consecuencias.
1. ¿Rechazará la OPEP+ la presión para cortar lazos con Rusia?
La asociación de la OPEP con Rusia y otros países ha demostrado ser bastante eficaz. De hecho, ha durado más de lo que esperaban algunos expertos.
Estos países productores parecen trabajar bien juntos, en su mayor parte. Sin embargo, en este clima político y social, todo el mundo, desde las empresas editoriales hasta los gobiernos, pasando por las compañías energéticas y las federaciones deportivas internacionales, está cortando sus vínculos con Rusia.
La cuestión es si la OPEP se sentirá obligada a distanciarse de Rusia. Es poco probable que la OPEP ceda a la presión global externa porque, normalmente, la OPEP no deja que la política o los sentimientos se interpongan en sus objetivos. Ahora mismo, Rusia es uno de los tres principales productores de petróleo del mundo. Es el componente esencial de la OPEP+. Arabia Saudí y Rusia juntas son la fuerza de suministro más poderosa en el mercado actual.
Si la OPEP se ve obligada a separarse de Rusia, la influencia de la OPEP en el mercado se vería gravemente disminuida. Además, es posible que el cártel nunca consiga que Rusia se reincorpore si corta los lazos hoy.
2. ¿Fomentarán los altos precios del petróleo un aumento de la producción interna de Estados Unidos?
ExxonMobil (NYSE:XOM) y Chevron (NYSE:CVX) han indicado esta semana que no tienen previsto aumentar la producción de petróleo de forma significativa en los próximos cinco años. Estos anuncios se producen a pesar de que los precios han alcanzado las tres cifras. Puede que cambien sus planes, pero eso es lo que les dicen ahora mismo a los inversores.
Los anuncios de estas dos empresas, que parecen contrarios a la subida del precio del petróleo, sirven sin embargo para mantener el precio de las acciones en un nivel alto e impulsarlo. Por ejemplo, Barron's señaló el 2 de marzo que, tras el anuncio de ExxonMobil, "las acciones están subiendo".
Sin embargo, si los elevados precios del petróleo se mantienen, el atractivo de unos mayores ingresos podría ser demasiado para ignorarlo, especialmente en el caso de los productores más pequeños. Éstos se han visto frenados a la hora de aumentar la producción debido a la incertidumbre en torno a la regulación y las licencias del gobierno federal y a la falta de financiación. La subida de los precios del petróleo seguramente convencerá a algunos productores de que merece la pena la incertidumbre de tener que lidiar con las cambiantes políticas gubernamentales.
Además, los elevados precios del petróleo serán demasiado tentadores para que los financistas los ignoren. Algunos inversores y prestamistas intervendrán, aportando capital adicional que pondrán a disposición del sector. Lo que no podemos predecir es cuánta más producción se pondrá en marcha y con qué rapidez se materializará.
3. ¿Volverá el interés por las energías alternativas y el debate sobre el "pico de la demanda"?
Los precios del petróleo han subido durante gran parte de la primera década y media de este siglo. A causa de esos precios tan elevados se han renovado las inversiones en energías alternativas y vehículos eléctricos. También ha dado lugar a debates y predicciones sobre una idea llamada "pico de demanda".
Sin embargo, durante los últimos siete años, los precios del petróleo han sido significativamente más bajos, y ha habido menos incentivos para que a los consumidores les preocupe el precio de la gasolina o el precio de los servicios públicos.
Ahora que los precios del petróleo y del gas vuelven a ser elevados, es muy posible que los consumidores vuelvan a mostrarse interesados por las energías alternativas. Los altos precios del petróleo y el gas se utilizan como argumentos de venta para convencer a los consumidores de que compren vehículos eléctricos e instalen paneles solares en sus casas. Gobiernos de todo el mundo —sobre todo en Norteamérica y Europa— ya están regulando y legislando el comportamiento para apoyar a las industrias de energías alternativas. Pero el precio del petróleo en tres cifras incentivará aún más a los consumidores a buscar estas opciones para reducir sus costes energéticos.
Antes de la pandemia del COVID, la demanda mundial de petróleo superaba los 100 millones de barriles al día. Aunque todavía se está recuperando, sigue rondando los 100 millones. Todavía no está claro hasta dónde tienen que subir —y mantenerse— los precios del petróleo para reducir la demanda.
Algunos analistas creen que los precios del petróleo tendrán que alcanzar la marca de 150 o 170 dólares por barril para observar una destrucción de la demanda. Sin embargo, si los precios se mantienen en niveles tan altos, habrá que esperar hasta que se vuelva a hablar de pico de demanda, lo que a su vez tiende a ser una fuerza bajista para los precios.