Cualquiera que tenga la cabeza bien amueblada probablemente tenga ahora mismo mucho miedo a la inflación. Y el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense refleja claramente ese temor.
El índice de precios al consumo de Estados Unidos de marzo subió un 8,5% en términos anuales, aunque los optimistas que se fijaron especialmente en la llamada tasa de inflación "subyacente" observaron que se situó por debajo de las previsiones, en el 0,3%, lo que les hizo pensar que la inflación podría haber tocado techo.
Pero no ha sido así.
El índice de precios al productor, publicado la semana pasada, subió nada menos que un 11,2%. Se trata de los precios al por mayor que alimentan los precios al por menor. El IPP indica que los precios al consumo seguirán subiendo.
El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se disparó el lunes hasta superar el 2,88% en un momento dado, tras tres días festivos. A última hora volvió a caer, pero aun así registró una subida de casi 5 puntos básicos en el conjunto de la jornada.
El aumento del rendimiento de los bonos a 10 años está superando al de los bonos a 2 años, ampliando el diferencial entre ambos e inquietando a los analistas técnicos que creen que hay un nivel de resistencia en el rango de 30-40 puntos básicos, ya que les preocupa lo que significa que la curva de rendimiento se amplíe más allá de ese nivel.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años superaba el 2,45% a última hora del lunes, lo que supone un aumento de poco más de 1 punto básico en el conjunto de la jornada, y una ampliación de la brecha podría ser señal de un descenso de la confianza en que la Reserva Federal será capaz de frenar la inflación a largo plazo.
En un entorno de baja inflación, los economistas —y los consumidores— podrían ignorar el IPP y las fluctuaciones de los precios de los alimentos y la energía contenidas en el índice general que se excluyen en el índice "subyacente".
Sin embargo, la subida de los precios del petróleo, el gas, los alimentos y otras materias primas está provocando una subida de los precios en general e influyendo en las expectativas de los consumidores.
Los bonos no mienten... La inflación no ha tocado techo
El Gobierno, la Fed, Wall Street y gran parte de los medios de comunicación financieros tienen mucho interés en ocultar esta realidad. Pero el mercado de bonos no miente, aunque algunos inversores puedan ser engañados temporalmente por un análisis optimista. En este entorno, es dinero lo que está en juego.
Hace menos de un mes, Goldman Sachs (NYSE:GS) pronosticaba que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años podría alcanzar el 2,7% a finales de este año. Desde luego la semana pasada ya superaba esa marca.
Mohamed El-Erian, exdirector general de PIMCO y actual economista jefe de Allianz (ETR:ALVG), afirma que la inflación no ha tocado techo y que la Reserva Federal podría tener que elevar su objetivo del 2% para no perder su credibilidad. Sin embargo, elevar el objetivo al 3% sería "increíblemente controvertido", según este experto.
Europa celebró ayer el lunes de Pascua y los inversores siguen desconcertados por la decisión del Banco Central Europeo de la semana pasada de no fijar una fecha para la retirada de los estímulos monetarios, a pesar de que la última lectura de la inflación de la eurozona fue del 7,5%.
Los inversores han comprado bonos del Estado de la UE, lastrando el rendimiento. El rendimiento de los bonos alemanes de referencia a 10 años cayó por debajo del 0,77% tras el anuncio.
Sin embargo, Otmar Issing, primer economista jefe del BCE y uno de los fundadores del euro, ha criticado la decisión y acusado al banco central de haber "vivido en una fantasía" al ignorar la subida de la inflación.
Issing, exmiembro del Bundesbank alemán, expresa sin ambages la aversión de su país a la inflación. En una entrevista con el Financial Times, afirma:
"La inflación era un dragón dormido; este dragón se ha despertado".