La soja estadounidense ha experimentado en enero su peor pérdida de los últimos 18 meses, incluso tras la firma de la fase uno del acuerdo entre Estados Unidos y China. Ahora, con el resto de las materias primas en crisis a causa del susto del coronavirus, los futuros de la soja del mercado de Chicago están subiendo milagrosamente en febrero, a pesar de que los chinos son los principales compradores.
Pero es poco probable que esta anomalía dure. La soja de Estados Unidos opera en una realidad alternativa, ya que el desplome de las exportaciones de los productos rivales de Brasil indica que el mercado de Chicago podría encaminarse a un descarrilamiento pronto.
Al cierre del lunes, los futuros de soja de la Bolsa de Chicago subían por quinta vez en las seis últimas jornadas, cerrando el contrato mensual en 8,84 dólares por fanega. Eso supone una subida mensual del 1,4%, tras la caída del 7,5% de enero, la mayor caída mensual desde junio de 2018.
Recomendación de 'venta fuerte'
Sin embargo, las previsiones técnicas diarias de Investing.com hablan de una "venta fuerte" de la soja del CME, prediciendo un nivel de apoyo a corto plazo de 8,69 dólares por fanega —retrocediendo 15 centavos o un 1,7% con respecto a los niveles actuales.
Los analistas creen que ésta es una estimación conservadora y que la caída real, cuando llegue, será mucho mayor.
"La demanda futura de soja de Estados Unidos dependerá del precio en Brasil y Argentina", ha dicho Jack Scoville, analista principal de granos en Price Futures Group.
"El descenso de los precios allí perjudicará la demanda en general aquí, y es muy probable que bajen los precios en Brasil".
Las exportaciones brasileñas de soja descendieron durante la primera semana de febrero frente al año anterior, según los datos del Gobierno citados por Reuters el lunes.
Las exportaciones de soja disminuyeron hasta una media de 198.600 toneladas diarias durante los primeros cinco días hábiles de este mes, en comparación con las 263.500 toneladas del mismo período de 2019, dijo el Ministerio de Economía de Brasil, según Reuters.
Obvia ausencia de compra por parte de China
El ministerio no desglosó los datos de las exportaciones por países. Pero la ausencia de compra por parte de China ha sido evidente, ya que son los mayores consumidores de soja brasileña, al igual que del producto estadounidense.
"Creo que el impacto comenzará a partir de la segunda quincena de febrero", dijo José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, con respecto a cuándo comenzará la ralentización de China a afectar a los precios de exportación de soja brasileña.
Castro ha dicho que su asociación se había estado esperando las consecuencias de la crisis del coronavirus, pero ha añadido que es difícil predecir el alcance y duración del impacto.
"Todavía es muy pronto", dijo, refiriéndose a la pandemia que ha matado ya a más de 1.000 personas e infectado a más de 43.000 en China, paralizando ciudades e industrias enteras en la segunda mayor economía del mundo, además de extenderse a más de 25 países.
Aproximadamente el 60% de la soja producida en Estados Unidos se exporta, y al menos el 25% se envía a China. Incluso antes del brote del coronavirus, esas cifras ya estaban amenazadas, ya que la guerra comercial entre ambos países llevó a los chinos a recurrir a más importaciones de soja de Brasil y Argentina.
Los precios de la soja de Estados Unidos, lastrados por la negativa de los productores a vender
Scoville of Price Futures Group tiene una idea de por qué los precios de la soja de Estados Unidos podrían estar al alza ahora: la renuencia del productor a vender en un mercado donde pocos quieren comprar.
"Muchos productores estadounidenses han almacenado su soja y no la están vendiendo", dice Scoville, y añade:
"Esto ha hecho que los niveles básicos se afiancen en el país y en el Golfo de México".
Brasil, por su parte, ha estado cosechando y los informes de rendimiento indican que se avecina una cosecha abundante, dice Scoville.
El clima seco de Argentina ha causado cierto estrés en las plantaciones de soja, pero la inminente llegada de las lluvias también podría impulsar la cosecha argentina, explica.