- La respuesta del mercado a la liquidación del S&P 500 a finales del mes pasado mostró una notable resistencia, señal de fortaleza y optimismo subyacentes.
- A pesar del repunte histórico del VIX y de la volatilidad del mercado a corto plazo, las tendencias a largo plazo siguen siendo alcistas.
- Los indicadores clave sugieren que el impulso alcista podría continuar.
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La resistencia del S&P 500 durante la liquidación de finales del mes pasado fue notable, dada la gravedad de la corrección. Esto pone de relieve la fortaleza subyacente del mercado en general y sugiere que los inversionistas siguen siendo optimistas sobre las perspectivas a largo plazo.
A pesar del repunte histórico del VIX, muchos sectores consiguieron mantenerse por encima de la señal del cruce dorado, en la que la tendencia a corto plazo (media móvil de 50 días) se cruza por encima de la tendencia a largo plazo (media móvil de 200 días).
A lo largo de esa corrección, el mercado y las lecturas de amplitud se mantuvieron notablemente bien. Esta resistencia es notable, dado que asistimos al tercer mayor repunte del índice del miedo durante una corrección de aproximadamente el 9%.
En retrospectiva, esta corrección resultó ser una gran oportunidad de compra. Pone de relieve las ventajas de mantener una perspectiva a largo plazo. En un horizonte de cinco años, la inversión en bolsa ha sido generalmente rentable. Desde 1926 hasta la actualidad, la rentabilidad del S&P 500 a cinco años ha sido positiva el 88% de las veces.
Sin embargo, es crucial recordar que incluso con esta tendencia positiva a largo plazo, ha habido periodos de descenso significativo, con rentabilidades a cinco años que han caído entre el -29% y el -61%. Esto sirve para recordar el alto riesgo asociado a los horizontes de inversión más cortos.
He aquí un desglose de las tendencias anuales en horizontes de corto a medio plazo:
- 1 año: 75% tendencia alcista, 25% tendencia bajista
- 2 años: 83% tendencia alcista, 17% tendencia bajista
- 3 años: 84% tendencia alcista, 16% tendencia bajista
- 4 años: 86% tendencia alcista, 14% tendencia bajista
- 5 años: 88% tendencia alcista, 12% tendencia bajista
Los datos muestran claramente que las probabilidades de obtener rendimientos positivos están a nuestro favor, y que las pérdidas potenciales aumentan cuanto más corto es el horizonte temporal. Las visiones a corto plazo pueden añadir un estrés innecesario a nuestro proceso de inversión, lo que a menudo conduce a perspectivas incompletas.
Actualmente, el mercado favorece a los alcistas, y la tendencia alcista a largo plazo sigue siendo sólida. Un factor clave que apoya esta tendencia es el sólido apetito crediticio, con los rendimientos de los bonos corporativos basura estadounidenses alcanzando sus niveles más bajos en dos años.
Los bonos apoyan las perspectivas alcistas
A pesar de los temores de recesión, los diferenciales de rendimiento de los bonos corporativos, que suelen ampliarse antes y durante las recesiones, no están indicando una desaceleración inminente.
Esto contrasta con la curva de rendimiento invertida, que lleva casi dos años insinuando una posible recesión. Los bonos de alto rendimiento, que proceden de empresas menos estables y con problemas, suelen ser los primeros en venderse en épocas de miedo y volatilidad.
Actualmente, dado que nos encontramos en una fase de recuperación, la relación entre los bonos de alto rendimiento (NYSE:HYG) y los bonos del Tesoro estadounidense (NASDAQ:IEI) ha rebotado desde los máximos anteriores, de forma similar al periodo en el que las acciones tocaron fondo en octubre de 2022.
Este rebote respalda una perspectiva alcista, ya que el diferencial sigue mostrando una clara tendencia alcista que favorece los altos rendimientos y el mayor riesgo, con un aumento de las ventas de bonos del Tesoro estadounidense. Hemos pasado de una fase de miedo, en la que la relación favorecía a los bonos del Tesoro estadounidense, a una señal alcista a medida que la relación se recupera hasta el nivel de 0.66, similar a los niveles de enero de 2024.
Una subida por encima de 0.67 podría aumentar aún más la probabilidad de nuevos máximos para las acciones. Sin embargo, si el ratio vuelve a caer por debajo de estos niveles, podría ser señal de nuevos descensos y potenciales mínimos.
Relación entre el PER del S&P 500 y el VIX: una relación clave a vigilar
Otro aspecto clave a tener en cuenta es la relación entre el PER del S&P 500 y el índice de volatilidad. Últimamente, un PER elevado, como el que hemos visto, suele preceder a correcciones significativas o al inicio de mercados bajistas.
En concreto, cuando el PER se aproxima o supera 2, se han producido caídas importantes en los últimos cuatro años.
Actualmente, tras una fuerte subida el año pasado, el ratio se acerca al nivel medio de "estrés". Históricamente, si este nivel persiste, podría apoyar una continuación de la tendencia alcista. Volviendo a las medias, una disminución de las señales del cruce dorado sugeriría un mayor riesgo de una corrección severa.
La mayoría de las acciones siguen en una tendencia alcista
En la actualidad, aproximadamente dos tercios de los valores se encuentran en una tendencia alcista a largo plazo por encima de las medias móviles de 50 y 200 días. Los niveles a medio plazo muestran un 74.15% por encima de las medias de 200 días y un 71.37% por encima de las de 50 días. Históricamente, los porcentajes superiores al 60% han indicado una fuerte tendencia alcista, siendo la elevada amplitud una señal positiva para la continuidad de la tendencia alcista del índice.
Una caída por debajo del 55%-50% en estas medias podría suscitar preocupación entre los inversionistas, pero actualmente el mercado sigue en buena forma.
Vale la pena señalar que las divergencias dobles entre el índice S&P 500 y el porcentaje de acciones por encima de las medias móviles -como estamos viendo ahora- a menudo predicen caídas significativas seguidas de fuertes repuntes.
Conclusión
En conclusión, estamos en un periodo de cambios bruscos en el mercado, y es fácil que los inversionistas pierdan el control en estos momentos. Es importante recordar que, a pesar de la volatilidad del mercado, no hay por qué precipitarse a la hora de tomar decisiones.
Mantenga la calma, especialmente en las inversiones. Los datos históricos nos tranquilizan: desde 1928, el S&P 500 ha terminado el año en positivo con una ganancia del +10% o más en 55 ocasiones.
Incluso en 23 de esos años, hubo correcciones de al menos un -10% dentro del año positivo. Además, en el mismo periodo, la renta variable ha experimentado 34 años con rendimientos positivos del +20% o más, aunque estos años también vieron correcciones por el camino.
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