La caída del 8,5% del mercado en agosto conmocionó a los medios de comunicación y a los inversores. La caída sembró dudas sobre si se trataba del inicio de una corrección mayor o de un retroceso temporal. Sin embargo, un fuerte retroceso, impulsado por las compras de los inversores y las recompras de acciones por parte de las empresas, detuvo la caída, lo que llevó a muchos a preguntarse si lo peor ya había pasado.
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Aunque el reciente rebote sugiere que el declive del mercado podría haber terminado, los riesgos persisten, especialmente con las elecciones de noviembre de EE.UU. acercándose. Al examinar los niveles técnicos y las condiciones generales del mercado, el panorama se vuelve más matizado. A continuación, exploramos los detalles.
La caída de agosto: ¿Cuál fue la causa?
Agosto ha sido históricamente un mes de alta volatilidad para los mercados, y este año no ha sido diferente. Diversos factores contribuyeron a la caída del 8,5% en el S&P 500:
Tipos de interés elevados: El firme compromiso de la Reserva Federal de combatir la inflación aumentó las preocupaciones sobre una posible desaceleración económica. Esta situación generó inquietud entre los inversores que esperaban una desaceleración suave, especialmente cuando los últimos datos económicos mostraron signos de debilidad.
La corrección no sorprendió, ya que habíamos anticipado este ajuste en varias ocasiones durante junio y julio.
"Las reversiones de las condiciones de sobrecompra tienden a ser poco profundas en un mercado alcista impulsado por el impulso. Estas correcciones suelen encontrar apoyo en las medias móviles de 20 y 50 días (DMA), pero las DMA de 100 y 200 no están fuera de los periodos correctivos regulares.
Si recuerdan, en marzo hablamos de la posibilidad de una corrección de entre el 5 y el 10% debido a muchas de las mismas preocupaciones señaladas anteriormente. Esa corrección del 5,5% se produjo en abril. Nos encontramos de nuevo en una coyuntura en la que una corrección del 5-10% es probable. El único problema es que podría producirse en cualquier momento de aquí a octubre" . - 22 de junio
Tras la corrección del 5-10%, muchos inversores se cuestionan el motivo del rápido retroceso de la semana pasada, especialmente considerando que persisten varios factores que contribuyeron a la caída del mercado.
El retroceso: compras de inversores y recompra de acciones
A pesar de la fuerte caída, el mercado encontró apoyo gracias a una oleada de compras por parte de los inversores y a las recompras de acciones por parte de las empresas, que ayudaron a frenar las pérdidas. He aquí cómo se desarrollaron estos factores:
Compras de inversores en niveles de soporte clave: El S&P 500 encontró apoyo en el nivel 5153, que coincide con los mínimos del rango de cotización de abril. Los compradores intervinieron cuando el mercado cayó un 3% durante el estallido del " Trade carry" del yen. A partir de ahí, el volumen de compras comenzó a acelerarse.
El gráfico muestra que el rebote del S&P 500 desde ese soporte fue fundamental. Con los mercados sobrevendidos, comenzó la inversión de la tendencia bajista. Al mantenerse el mínimo del mercado, proporcionó la confianza necesaria para que los inversores volvieran a entrar en el mercado.
Recompra de acciones por parte de las empresas: En agosto, se observó un notable incremento en las recompras de acciones corporativas. Aprovechando la caída en los precios de las acciones y la reapertura del "vperiodo de bloqueo", muchas empresas compraron sus propias acciones a precios más bajos. Esta actividad proporcionó un apoyo adicional al mercado al mitigar parte de la presión vendedora y contribuir a su estabilización. .
Como señalamos la semana pasada, esperábamos que las "acciones de empresas de megacapitalización" lideraran las subidas, como así finalmente hicieron.
En particular, los principales valores del mercado, sobre todo los de crecimiento, han vuelto a ganar terreno, lo que sugiere que la reciente corrección podría haber finalizado y que el mercado alcista se ha reactivado.
Sin embargo, el reciente repunte ha sido tan pronunciado que es probable que requiera una pausa antes de que se puedan registrar nuevas ganancias.
Niveles técnicos a seguir
Con el mercado en fase de rebote, es fundamental identificar los niveles técnicos clave que podrían definir los próximos puntos de entrada para aumentar la exposición a la renta variable.
Resistencia en 5.673: El primer nivel de resistencia importante para el S&P 500 se sitúa en 5.673, un punto que coincide con los recientes máximos históricos. Superar esta barrera sugeriría la continuación de la recuperación y podría allanar el camino para un rally prolongado. No obstante, si el índice no logra superar esta resistencia, podríamos enfrentar otro retroceso del mercado, con el potencial de probar nuevamente el soporte actual en la media móvil de 50 días (50-DMA).
Soporte en 5.330: Hacia abajo, el nivel de 5.330 se mantiene como una zona de soporte crítica. Este nivel, correspondiente a la media móvil de 100 días (100-DMA), seguirá ajustándose al alza. Sin embargo, si no se mantiene, el próximo soporte significativo se encuentra en los mínimos recientes, con una prueba potencial de la 200-DMA cerca de 5.100. Los inversores deben observar de cerca el nivel de la 100-DMA, ya que una caída por debajo de este punto podría indicar que el reciente rebote del mercado fue simplemente un repunte temporal.
Si bien es probable que se produzca un retroceso hasta los niveles de soporte para aumentar la exposición a la renta variable, ¿existen riesgos más importantes que los inversores deban tener en cuenta?
Riesgos futuros: Elecciones de noviembre e incertidumbre económica
Aunque la reciente recuperación del mercado es prometedora, varios riesgos podrían interrumpir su ascenso en los próximos meses.
Elecciones de noviembre: Las próximas elecciones introducen una nueva capa de incertidumbre en el mercado. Históricamente, los procesos electorales suelen intensificar la volatilidad, ya que los inversores reaccionan ante los posibles cambios políticos. Dependiendo del resultado, podríamos observar movimientos bruscos en sectores como sanidad, energía y tecnología. Esta incertidumbre puede elevar la presión vendedora, especialmente si los resultados son controvertidos o implican cambios significativos en la política.
Datos económicos: El mercado seguirá siendo altamente sensible a los datos económicos. Cualquier señal de debilidad económica podría reavivar los temores de recesión, generando una nueva ola de ventas. Los inversores estarán atentos a las actualizaciones sobre inflación, empleo y gasto de los consumidores. Un debilitamiento en estos datos podría afectar negativamente las estimaciones de beneficios y aumentar el riesgo de revalorización del mercado.
Política de la Reserva Federal: Las decisiones de la Reserva Federal también impactarán el sentimiento del mercado. Si la Fed empieza a recortar las tasas de interés, el mercado podría interpretarlo inicialmente como una señal positiva. No obstante, históricamente, los ciclos de recorte de tasas no han favorecido los precios altos de los activos, ya que suelen estar asociados con un crecimiento económico más lento.
La gestión del riesgo es siempre crucial a la hora de gestionar carteras, ya que "nadie" sabe con certeza qué harán los mercados durante la próxima semana, y mucho menos durante el próximo mes o trimestre.
Conclusión: ¿Ha dejado ya de caer el mercado?
La caída del mercado en agosto y el posterior repunte destacan la volatilidad del mercado y la importancia de los niveles técnicos clave. A pesar del rebote desde soportes menores y el aumento en las recompras corporativas, que sugieren que lo peor podría haber pasado, los riesgos siguen siendo significativos.
Las encuestas ajustadas entre Trump y Harris mantienen alto el potencial para que los gestores reduzcan el riesgo en sus carteras debido a la incertidumbre en los resultados. Además, este proceso de reducción de riesgos podría coincidir con el período de prohibición de recompra de acciones en octubre, eliminando otro soporte para la renta variable. Esta combinación podría intensificar la volatilidad antes de las elecciones de noviembre.
Mantendremos nuestra infraponderación en la renta variable y sobreponderación en efectivo a corto plazo, con nuestras principales posiciones en bonos del Tesoro para protegernos contra un aumento significativo en la volatilidad. Este enfoque es probable que se mantenga en los próximos dos meses, ya que preferimos sacrificar algo de rentabilidad para controlar el riesgo.
Aunque hemos abordado estas estrategias en semanas anteriores, reiteramos la importancia de ajustar el riesgo en las carteras con asignaciones a la renta variable.
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Ajustar los niveles de orden de stop a los niveles de soporte actuales para cada posición.
Cubrir las carteras frente a caídas significativas del mercado.
Sacar beneficio de las posiciones que han sido grandes ganadoras.
Desprenderse de valores rezagados que no hallan mostrado rendimiento.
Aumentar el efectivo y reequilibrar las carteras a las ponderaciones objetivo.
En caso de una nueva corrección, estar bien preparado le ayudará a mitigar el impacto. Proteger su capital permitirá que el tiempo necesario para recuperar el equilibrio sea menor. Por otro lado, si el mercado revierte y vuelve a su tendencia alcista, reasignar fondos al riesgo de renta variable será relativamente sencillo.
Invertir en momentos de incertidumbre puede ser desafiante, pero tomar medidas proactivas le permitirá manejar mejor la volatilidad.