Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en Twitter el 11 de octubre que las negociaciones comerciales con China estaban progresando a buen ritmo, los mercados petroleros reaccionaron rápidamente. A las 20:00 horas (CET), habían subido un 1,5% y luego, se conoció la noticia de que los negociadores llegaron a un acuerdo parcial para calmar la guerra comercial y sentar las bases de las nuevas negociaciones.
Según el presidente, el acuerdo inicial alcanzado el viernes pasado tendrá que ir seguido de la "fase uno" de un acuerdo de que se cerrará en las próximas tres semanas.
Los mercados petroleros estaban claramente entusiasmados con la perspectiva de un progreso hacia un acuerdo comercial, así como con las declaraciones de Trump de que Estados Unidos suspendería sus planes de subir los aranceles del 25% al 30% sobre productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares esta semana. De hecho, el Brent cerró el viernes por encima de la marca de 60 dólares por barril.
Los datos económicos lastran los precios del petróleo
Sin embargo, los mercados petroleros quedaron bastante poco impresionados el martes con los progresos realizados en la relación comercial entre Estados Unidos y China. La semana comenzó con unos datos de aduanas de China que revelaban que las importaciones habían descendido por quinto mes consecutivo. Los datos sobre la rentabilidad corporativa de las fábricas chinas también indicaron una caída.
Aparentemente, la primera etapa del acuerdo comercial con China no bastó para contentar a los mercados petroleros ante los negativos datos económicos, ya que el Brent se dejó un 1,15% y el WTI un 1,5%.
El WTI volvió a caer el miércoles después de que los datos del Instituto Americano del Petróleo —publicados con un día de retraso con motivo de la festividad del Día de la Raza en Estados Unidos celebrada el lunes— indicaran un aumento significativo de las reservas de petróleo crudo de Estados Unidos (de más de 10 millones de barriles). Sin embargo, el descenso, que fue de sólo alrededor del 0,3%, reveló el escepticismo en torno a que los datos de la Administración de Información Energética indiquen el jueves un aumento tan grande de las reservas de crudo.
La rápida reversión del mercado tras la euforia inicial por el progreso comercial entre Estados Unidos y China plantea la pregunta: ¿qué haría falta para lograr un repunte sostenido de los actuales precios de mercado del petróleo?
Requisitos previos para un repunte duradero
Geopolíticamente, esa pregunta ya fue respondida en septiembre, cuando la rápida recuperación de Aramco tras el ataque a sus instalaciones petroleras provocó que los precios del petróleo revirtieran su subida de 9 dólares en sólo dos semanas. Probablemente haría falta una guerra a gran escala en el Golfo Pérsico con bombardeos aéreos a las instalaciones petroleras para provocar una subida prolongada de los precios del petróleo. Ni siquiera los continuos ataques a pequeña escala contra petroleros del Golfo Pérsico —y ahora del Mar Rojo— tienen un impacto duradero sobre los precios del petróleo.
En Estados Unidos, una prohibición de la fracturación, en la línea de lo que aboga la candidata presidencial demócrata Elizabeth Warren, podría frenar la producción de petróleo y gas de Estados Unidos hasta el punto de impulsar los precios del petróleo de manera sostenida. Este escenario, al igual que la situación de guerra total descrita anteriormente, es un escenario poco probable.
El escenario con más probabilidades de materializarse en las próximas tres semanas es una primera etapa del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Naturalmente, a esto tendrían que seguirle nuevas negociaciones para un acuerdo comercial aún más amplio, pero sería una señal concreta de que las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo están dando pasos reales hacia la normalización.