Recomendamos abrir una posición corta en el USD/MXN con entrada en 13.00, objetivo en 12.70 y stop-loss en 13.25 pesos por dólar.
Recientemente hemos sugerido seguir una estrategia de comprar pesos en momentos de debilidad, absteniéndonos de posiciones direccionales a la espera de mejores niveles de entrada
Tras la decisión del Fed el MXN se debilitó de 12.83 a 12.93 por dólar ante un comunicado ligeramente más hawkish que lo esperado, generando una toma de utilidades entre divisas de emergentes y desarrollados con el dólar apreciándose de manera generalizada
A pesar de lo anterior pensamos que el Fed retrasara el inicio del tapering hasta el 1S14 (previo 1T14), lo que podría inducir un entorno más favorable para activos de riesgo en los próximos meses y soportar a nuestra divisa
Localmente, las discusiones sobre la reforma energética podrían iniciar tan pronto como la próxima semana, lo que podría generar mayor volatilidad en la moneda. Sin embargo nuestro caso base sigue siendo optimista, esperando que se logre la aprobación antes de finalizar el año y que tiene el potencial de ser un soporte adicional para el peso
Adicionalmente, las recientes cifras económicas han sido más favorables y esperamos una ligera aceleración del crecimiento del PIB en el 4T13 a 1.9% anual desde 1.4% durante el tercer trimestre
Respecto a la política monetaria y a pesar de las presiones recientes en el mercado de renta fija local tras la decisión de Banxico de recortar la tasa de referencia (para mayores detalles ver: “México: Banxico recorta la tasa 25pb pero cierra la puerta a más reducciones” publicado el 25 de octubre) el peso ha aguantado relativamente bien, acumulando una ligera caída de 0.2% desde esa fecha hasta este momento
En conclusión, creemos que existen factores internos y externos que podrían ser más favorables para el MXN en los próximos meses. Los mayores riesgos para nuestra recomendación son: (1) Tensiones entre los partidos políticos que resulten en que no se apruebe la reforma energética; (2) un fuerte avance en el ritmo de crecimiento de la economía de EE.UU. que nuevamente genere expectativas de un inicio del tapering antes de finalizar el año; (3) mayor preocupación sobre la estabilidad en emergentes, sobresaliendo las recientes presiones al alza en las tasas de interés en China; y (4) fuertes sorpresas negativas de crecimiento en datos económicos de México