Este artículo fue escrito en exclusiva para Investing.com
- La política estadounidense podría devolver el poder sobre los precios a la OPEP+
- La demanda volverá cuando las vacunas consigan la inmunidad del rebaño
- Los panoramas financieros y políticos mundiales respaldan todos los precios de las materias primas
El petróleo crudo está entrando con buen pie en 2021, mientras que el gas natural sigue sometido a una gran presión. Los productos energéticos experimentaron una presión de venta significativa en 2020 a medida que la demanda de energía se evaporaba durante la pandemia mundial.
La política estadounidense podría devolver el poder sobre los precios a la OPEP+
La administración entrante de Biden se ha comprometido a cambiar la política energética estadounidense hacia un enfoque más ecológico a la hora de proporcionar energía a la nación y al mundo. El entorno regulatorio se volverá mucho más estricto a medida que vaya cambiando de los cuatro años de políticas de perforación y fracking como locos de la Administración Trump a apoyar fuentes de energía alternativas que no incluyan combustibles fósiles.
Durante décadas, la política energética estadounidense se basó en lograr la independencia del petróleo extranjero. A medida que aumentan las regulaciones, la disminución de la producción podría causar una dependencia cada vez mayor de la OPEP+, ya que el petróleo crudo sigue siendo una fuente de energía crítica en Estados Unidos y en el mundo. El GNL sigue siendo un negocio en crecimiento de gas natural que podría desviar las reservas estadounidenses si el nuevo entorno de producción lastra la producción.
La demanda volverá cuando las vacunas consigan la inmunidad de rebaño
Los bajos precios del petróleo y el gas en 2020 vinieron provocados por la evaporación de la demanda debido a la pandemia mundial. Las personas de todo el mundo han tenido que recurrir a trabajar desde casa, han tenido que limitar los viajes y practicar el distanciamiento social, de manera que la necesidad de energía ha disminuido, enviando el petróleo crudo WTI a mínimos históricos y el gas natural a mínimos de 1995.
Las vacunas que creen la inmunidad de rebaño podrían provocar un repentino aumento de la demanda de energía a medida que las personas escapan del confinamiento de los hogares, regresan a las oficinas y se toman esas vacaciones que habían pospuesto. La OPEP+ redujo la producción en 2020 en una cantidad récord. El cártel seguirá frenando sus recortes, pero un cambio en la política energética estadounidense podría compensar cualquier aumento del cártel en los próximos meses y años.
Tras la evaporación de la demanda en 2020, las secuelas del coronavirus podrían provocar un aumento de la demanda en 2021.
Los panoramas financieros y políticos mundiales respaldan todos los precios de las materias primas
El panorama financiero mundial respalda el aumento de los precios de las materias primas. El índice dólar ha descendido frente a los máximos de 2002 registrados en 103.96 en marzo de 2020, hasta algo por debajo del nivel 90 registrado al final del año, su nivel más bajo desde 2018. El dólar es la moneda de reserva mundial y el mecanismo de fijación de precios para la mayoría de las materias primas, incluida la energía. Un dólar en descenso tiende a respaldar la subida de los precios de las materias primas.
Además, las políticas monetarias y fiscales de los bancos centrales y los gobiernos siguen siendo muy acomodaticias. Una oleada de liquidez en forma de bajos tipos de interés a corto plazo y programas de flexibilización cuantitativa que lastran los tipos a lo largo de la curva de rendimiento estimulan el endeudamiento y el gasto e inhiben el ahorro. Las políticas monetarias reducen los gastos de almacenamiento de las reservas de materias primas. Simultáneamente, el cambio en la política monetaria de la Fed de un objetivo de inflación del 2% a una media del 2% fomenta la inflación, que es alcista para los precios de las materias primas.
Los programas de estímulo del Gobierno aumentan los déficits y la oferta monetaria. La liquidez del banco central también hace que la oferta monetaria se expanda. El sistema financiero mundial plantó muchas semillas inflacionarias en 2020 que probablemente florecerán en los próximos meses y años. Si bien la pandemia de 2020 es muy diferente de la crisis financiera mundial de 2008, los bancos centrales y los gobiernos han utilizado las mismas herramientas para estabilizar la economía mundial. De 2008 a 2011, los precios de las materias primas registraron máximos plurianuales y, en algunos casos, máximos históricos. Si la historia se repite, debemos esperar la misma acción de los precios en los mercados de materias primas en los próximos años.
Desde una perspectiva política, la producción de energía de Estados Unidos disminuirá bajo la Administración Biden. Oriente Próximo sigue siendo el hogar de más de la mitad de las reservas mundiales de petróleo crudo. El asesinato del principal científico nuclear de Irán a finales de 2020 pone de relieve la turbulenta naturaleza política de Oriente Próximo. Además, a medida que Israel y muchas naciones árabes han fortalecido sus lazos, el abismo con Irán se ha ido ampliando. Cualquier aumento de las hostilidades en la zona que afecten a la producción, el refinamiento o las rutas logísticas podría provocar picos de precios a corto plazo en los mercados de futuros del crudo. Nada hace subir el precio del petróleo como un sobresalto relacionado con las reservas.
A medida que va arrancando 2021, los panoramas políticos y financieros de las materias primas son los más alcistas en años. Los mercados alcistas rara vez se mueven en línea recta. Comprar materias primas en las caídas de precios las próximas semanas y meses podría ser el enfoque óptimo para esta clase de activos de cara a este año.
Es probable que los precios del petróleo crudo y del gas natural sigan experimentando mucha volatilidad en 2021. No tendremos que esperar mucho para el primer evento significativo del nuevo año. Las elecciones del 5 de enero en Georgia determinarán el alcance del cambio en la política energética de Estados Unidos. Sin embargo, siempre es lo desconocido lo que tiende a provocar los niveles ms importantes de volatilidad de los precios.
En 2020, fue la pandemia que salió de la nada. En 2021, un evento que aún no hemos considerado —y que puede que todavía no esté en nuestro radar— es probablemente el factor que provocará más variación de precios.