El próximo martes, 6 de noviembre, se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. En septiembre, una encuesta realizada por el periódico The Washington Post y la cadena Abc revelaba que más de la mitad de los ciudadanos estadounidenses (el 2%) prefería a los candidatos demócratas frente al 38% que se decantaba por los republicanos.
Trump tiene un claro objetivo: ganar las elecciones. ¿Cómo? Además de apuntalando (de nuevo) a la economía del país como la mayor del mundo, la estrategia pasa ahora por garantizarse la confianza de sus electores y los que no lo son, posicionándose como ‘el salvador’ en los grandes acuerdos bilaterales pendientes.
En nuestro análisis de septiembre ya advertíamos que Donald Trump es un gran estratega, un negociador nato, capaz de hacer temblar los mercados con cada aparición en redes sociales. Sabe dar una de cal y otra de arena cuando lo cree necesario. Y, en este caso, el tuit de ayer dando casi por asegurado el acuerdo comercial con China en la reunión que tiene con Xi Jinping a finales de este mes en Buenos Aires (Argentina), forma parte de esa estrategia.
Ya fue ‘el salvador’ logrando que Canadá se sumara al nuevo acuerdo con México, y de nuevo será ‘el rey’ con el acuerdo con China. Incluso, en el mensaje de ayer de Twitter le quedó espacio para decir que también se habían producido avances sobre Corea del Norte.
Los mercados, totalmente a merced del presidente estadounidense, han reaccionado al alza en todo el mundo. Después de un octubre nefasto, las bolsas disfrutan de un buen comienzo de mes, un 'noviembre dulce'. Tal como decíamos en nuestro análisis de hace dos meses, Trump es un hombre de acuerdos, pero siempre haciéndolo todo a su manera y cuando él diga. Ya lo adelantó en la entrevista con la cadena Fox esta semana: Hace unos meses, China no estaba preparada para este gran acuerdo.
¿Y ahora sí?
No, ahora es el momento porque estamos a las puertas de las elecciones, y Trump sabe que “garantizando” (aunque hasta finales de mes nadie lo asegure) un acuerdo con China, se meterá en el bolsillo a gran parte del electorado estadounidense, consciente de que llevarse bien con otras grandes economías es “lo que hay que hacer”.
Algunos expertos van más allá y advierten que el exceso de optimismo de ahora vuelva a convertirse en incertidumbre una vez pasadas las elecciones, aunque Trump sabe que esta 'marca atrás' le costaría cara a medio-largo plazo.
Un breve apunte: El jueves, 8 de noviembre, dos días después de las elecciones, se celebra la nueva reunión de tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense, donde el mercado ya descuenta que el organismo no hará nada (está prevista una nueva subida para diciembre). ¿Lanzará Trump alguno de sus incendiarios mensajes a Powell, si ya se ha asegurado la presidencia del país, o lo dejará para diciembre?