Desde la crisis financiera de 2008 las medidas, pero particularmente las palabras, que han emanado de los principales bancos centrales han tenido un impacto significativo sobre los mercados, gracias a la credibilidad de la que gozan organismos como la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o el Banco de Japón. No obstante, hay un participante en particular cuyas palabras han generado las mayores reacciones en los mercados financieros, ese es el presidente del banco Europeo, el italiano Mario Dragui.
En 2012 con una sola frase restauró la confianza del mercado en el euro, señalando que se haría lo necesario para salvarlo y “que le creyeran” que sería suficiente. Estas palabras obligaron a inversionistas y a bancos de inversión en todo el mundo a cerrar posiciones en contra del euro y a adquirir bonos de los países más endeudados de la zona.
El efecto se volvió a presentar la semana pasada cuando el euro pasó de los US$1,13 a los US$1,10 en solo dos sesiones y donde varios rendimientos de bonos soberanos europeos cayeron aún más en terreno negativo, reacción que cruzó el Atlántico y generó un “rally” en los principales índices bursátiles estadounidenses.
¿Qué dijo en esta ocasión?
En la reunión más reciente el presidente dijo que, debido a la persistencia de los factores que han estado presionando a la baja la inflación, el comité “reexaminará” su política monetaria en la reunión de diciembre, lo que ha sido interpretado por el mercado como una clara señal de que se aproximan cambios en tasas y en el programa de compra de bonos.
La entidad mantiene un programa de compra de bonos mensual de 60.000 millones de euros (unos US$66.000 millones) y las tasas de los depósitos de los bancos en el -0,2%, es decir, se le cobra a los bancos por mantener dinero en las arcas del banco central.
A inicios de este año, cuando se hizo el anuncio del programa de compras, el Banco Central Europeo tuvo un camino más fácil, debido a que la expectativa de que la Reserva Federal subiría tasas en el corto plazo, tesis que perdió fuerza en los últimos meses, por lo que el ente deberá de anunciar medidas bastante agresivas si quiere tener un impacto significativo sobre el euro.
En conferencia de prensa, Dragui dijo que todas las herramientas están sobre la mesa, por lo que los inversionistas han comenzado a especular sobre un mix de medidas, entre las que podrían estar un aumento en las compras mensuales, una extensión del programa o tasas aún más negativas. Dicha expectativa sería difícil de alcanzar para algún otro banquero central, aunque no para Dragui, a quién el mercado apoda “Súper Mario”.