Por Marc Jones
LONDRES, 30 nov (Reuters) - El alto rendimiento de los bonos soberanos de Ucrania, Argentina y Venezuela, que hasta no hace mucho era conocido como el "trío tóxico" de los mercados emergentes, huele ahora a rosas para quienes fueron lo suficientemente valientes como para comprarlos a principios de año.
La elección en Argentina de un presidente con una postura económica liberal como Mauricio Macri, las esperanzas de que Venezuela viva algo similar el domingo, y la reestructuración de la deuda ucraniana generaron un vuelco radical en la actitud de los inversores hacia los tres países.
Los bonos ucranianos tuvieron el mejor desempeño a nivel mundial este año, con un retorno cercano al 50 por ciento, mientras que Venezuela y Argentina están en segundo y tercer lugar, con ganancias del 28 y el 24 por ciento, respectivamente.
Combinados, también contribuyeron con más del 65 por ciento del avance del JP Morgan (N:JPM) EMBI Global, el mayor índice de bonos de mercados emergentes, pese a representar apenas cerca del 7 por ciento del total.
El interrogante actual es: ¿Hacia dónde van ahora?
Rendimientos tan estelares son inusuales y ciertamente no se repiten con frecuencia en países con historiales tan cambiantes.
El repunte de los bonos argentinos se produjo respaldado por la victoria de Macri, que prometió reinsertar al país en los mercados globales.
Sin embargo lo más difícil empieza ahora, ya que uno de los asuntos claves es si podrá poner fin a una larga disputa con un grupo de tenedores de bonos que lleva casi una década impidiendo a Argentina emitir deuda en dólares.
Shahzad Hasan, gestor de carteras en Allianz (DE:ALVG) Global Investors, dijo que sería una buena señal si Macri intenta convencer pronto al juez estadounidense Thomas Griesa -quien lleva la causa de los tenedores de deuda en default- para que suavice las restricciones.
"Aún tenemos una pequeña sobreponderación en Argentina, pero la recortamos un poco", dijo Hasan. "Macri tiene que negociar con los 'holdouts' (...) pero tiene mucho viento a favor", agregó.
Hasan tiene también una pequeña sobreponderación en Venezuela, otro de los países en el eje de la incertidumbre.
El país caribeño desconcertó al evitar caer en cesación de pago con varios acuerdos financieros poco convencionales, incluido uno de préstamos a cambio de petróleo con China. urn:newsml:reuters.com:*:nL1N0XH0SV
Pero como el undécimo más grande productor mundial de petróleo, sus finanzas están siendo golpeadas por los bajos precios del crudo.
Las elecciones del domingo incrementan la incertidumbre ya que los sondeos pronostican un castigo al socialismo gobernante, que podría perder su mayoría en la Asamblea Nacional por vez primera desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999.
El Gobierno y la petrolera estatal PDVSA tendrían deuda a pagar en la primera mitad del año por entre 2.000 y 2.500 millones de dólares, y por otros 4.500 millones en la segunda.
"No es una cuestión de si Venezuela caerá en 'default'. Es cuándo y cuán malo será", señaló Mauro Leos, analista de Moody's, en una conferencia en Londres a principios de mes.
Por último, Ucrania. Una reestructuración de deuda benévola con los inversores cerrada en agosto por parte del país europeo tomó por sorpresa a muchos, pero todavía queda por resolver la deuda por 3.000 millones de dólares en poder de Rusia, los combates que todavía suceden en su región oriental, y una economía atrapada en una brutal recesión.
Kevin Daly, de Aberdeen Asset Management, piensa que los bonos ucranianos podrían seguir sumando ganancias por un tiempo, aunque más no sea porque sus avances en el EMBI Global obligarán a administradores de fondos que siguen al índice a comprarlos.
Sin embargo, otros son más escépticos. Ucrania tiene el hábito de no apegarse demasiado a los programas del Fondo Monetario Internacional, y su moneda sigue representando un riesgo. (Editado en español por Carlos Serrano)