Por Geoffrey Smith
Investing.com -- Los precios del petróleo bajaron el jueves, pero se mantuvieron en niveles históricamente altos, ya que una ronda de reuniones en la cumbre de Bruselas no generó ninguna señal inmediata de un endurecimiento de las sanciones occidentales a Rusia.
Los analistas creen que hasta 4 millones de barriles diarios de capacidad de producción podrían quedar trabados, sin una ruta práctica hacia el mercado, si la UE se uniera a Estados Unidos y el Reino Unido en la prohibición de la compra de petróleo ruso. Sin embargo, esta medida parece poco probable debido a la resistencia de Alemania y otros países, que temen que sus economías entren en recesión. Los líderes de la UE tienen previsto debatir nuevas medidas en una reunión posterior a la que también asistirá el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. La OPEP, cuyos miembros han evitado en general criticar la invasión rusa, advirtió en un comunicado que le preocupaban las consecuencias de un boicot más estricto al petróleo ruso.
Hacia las 11:40 ET (1540 GMT), los precios del Crudo estadounidense bajaban un 1.7% a 112.94 dólares el barril, mientras que los futuros del Brent bajaban un 2% a 119.23 dólares el barril. Siguen subiendo en la semana, sobre todo por el cierre por parte de Rusia del enlace Tengiz-Novorossiysk del Consorcio del Oleoducto del Caspio, que lleva el petróleo de Kazajstán al Mar Negro. Las autoridades rusas afirman que los daños causados por la tormenta les obligaron a cerrar la terminal de exportación del CPC en Novorossiysk.
Por su parte, los futuros de la gasolina RBOB en Estados Unidos bajaron un 2.2%, hasta los 3.3629 dólares el galón.
Los precios se han visto apoyados esta semana por las repetidas señales de que los gobiernos occidentales están dispuestos a recortar los impuestos sobre el combustible para sostener la demanda en un momento en que los precios en los surtidores han alcanzado máximos históricos (aunque en términos ajustados a la inflación, los precios siguen estando en general muy por debajo de su pico justo antes de la Gran Crisis Financiera de hace 14 años). Alemania, la mayor economía europea, ha sido la última en hacerlo este jueves, anunciando un recorte de 30 centavos de euro por litro (el equivalente a 1.50 dólares por galón) en el impuesto sobre la gasolina, y de 14 centavos por litro en el del diesel. Los recortes se mantendrán durante tres meses. Además, Berlín también ha anunciado incentivos temporales para el uso del transporte público y un crédito fiscal general de 300 euros anuales para amortiguar el impacto de la subida de la factura energética.
Las medidas alemanas se suman a las adoptadas por Francia, Italia y el Reino Unido, entre otros países. Estados como Maryland y Georgia también han suspendido el impuesto sobre las ventas de gasolina, mientras que otras legislaturas estatales están considerando medidas similares.
El efecto general de estos recortes fiscales es sostener la demanda, que estaba repuntando rápidamente a medida que se relajaban los frenos económicos causados por la pandemia en toda Europa y Norteamérica. Los datos de los inventarios estadounidenses mostraron una caída de casi 3 millones de barriles en las reservas de gasolina la semana pasada, una señal de que la invasión de Ucrania apenas ha tenido impacto en la confianza de los consumidores o las empresas estadounidenses.
Uno de los factores que mantienen el mercado tan ajustado (las existencias comerciales en la OCDE estaban en el nivel más bajo de los últimos ocho años a finales de febrero) es que los productores estadounidenses se han negado hasta ahora a aumentar la producción, prefiriendo en su lugar utilizar las ganancias inesperadas del aumento de los precios para retirar deuda y existencias. La última encuesta empresarial de la Reserva Federal de Dallas mostró que más del 40% de los ejecutivos petroleros locales pensaban que era necesario un precio del petróleo de entre 80 y 100 dólares para justificar la inversión en el aumento de la producción, mientras que otro 20% pensaba que los precios debían mantenerse por encima de 100 dólares el barril. La encuesta de la Fed de Dallas mostró que las empresas pueden cubrir sus costos de explotación en las cuencas de esquisto del pérmico y Eagle Ford con un precio de entre 23 y 35 dólares por barril.
La producción estadounidense cayó a 11,6 millones de barriles diarios a finales de diciembre, según el último informe del gobierno Perspectivas energéticas a corto plazo. El gobierno prevé que la producción sólo alcanzará una media de 12 millones de barriles diarios este año, antes de alcanzar un nuevo máximo el año que viene.