Los agricultores de la región rusa de Rostov, uno de los principales productores de cereales del país, luchan por salvar sus cosechas en medio de una serie de fenómenos meteorológicos extremos. La región, que el año pasado produjo el 11% de la cosecha total de cereales de Rusia, se ha visto afectada por una combinación de olas de calor, heladas e inundaciones, que han reducido considerablemente las expectativas de cosecha.
La zona de Rostov anunció recientemente una reducción del 38% en la cosecha de grano de este año, con una previsión de sólo 10 millones de toneladas, frente a una campaña más robusta en el pasado. Esto sigue a la estimación de abril del Ministerio de Agricultura ruso, que preveía una cosecha nacional de cereales de 132 millones de toneladas en 2024, un 9% menos que los 145 millones de toneladas de 2023, y un 16% menos que el récord de 158 millones de toneladas de 2022. El ministerio ha indicado que vigila de cerca regiones como Rostov para ajustar aún más estas previsiones.
Sergey Sasunov, agrónomo jefe de la granja Rassvet, en Rostov, informó de que su granja sólo ha podido cosechar la mitad de lo que cosecharon el año pasado. El trigo había salido del invierno en buenas condiciones, con excelentes perspectivas, pero el clima extremo ha reducido drásticamente la cosecha cosechable.
Rusia se ha convertido en el primer exportador mundial de trigo, gracias a importantes inversiones estatales y a pesar de las sanciones impuestas a la tecnología y los equipos. El auge de la agricultura ha transformado las regiones meridionales, incluida Rostov, con el consiguiente aumento del nivel de vida y un paisaje dominado por los campos cultivados.
Sin embargo, el cambio climático ha traído nuevos retos. Si bien el calentamiento global ha hecho que las zonas septentrionales de Rusia sean más aptas para la agricultura, también ha introducido una mayor volatilidad en las cosechas de las regiones meridionales. Nikolai Cherkezov, subdirector de la Granja de Caballos de Kirovsk, describió el tiempo reciente como "cataclismos climáticos", con heladas a principios de mayo que dañaron los cultivos y las altas temperaturas actuales que estresan a plantas como el maíz y el girasol.
El escaso rendimiento de las cosechas contribuirá a la inflación rusa, que ya se sitúa en el 8,6%. Steppe, una gran empresa agrícola rusa con tierras en Rostov y otras regiones clave, ha pronosticado que su cosecha de cereales será un 10% inferior a la del año anterior.
La consultora agrícola Sovecon ha advertido de que es probable que las temperaturas en las principales zonas productoras de cereales se mantengan entre 2 y 6 grados por encima de lo normal en las próximas semanas. Roman Vilfand, meteorólogo jefe de Rusia, predijo períodos más largos de calor extremo en el futuro, con inundaciones y huracanes cada vez más frecuentes.
Este difícil entorno subraya la vulnerabilidad de la agricultura a las condiciones meteorológicas y climáticas, como expresó Cherkezov, quien señaló que la agricultura está sujeta a los caprichos de la naturaleza y no cabe esperar cosechas récord todos los años.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.