Por Geoffrey Smith
Investing.com -- La industria del petróleo y el gas de pronto tiene mucho lo que estar agradecido al sector de las ciencias de la vida.
Los anuncios primero de Pfizer (NYSE:PFE) y BioNTech, y luego de Moderna (MX:MRNA) de que sus vacunas contra el Covid-19 habían demostrado ser efectivas y seguras han cambiado por completo las perspectivas para el mercado mundial del petróleo.
Al menos, eso es lo que pensaríamos si observamos el movimiento de los precios del crudo estas últimas dos semanas. La perspectiva de un repunte vigoroso de la demanda ha permitido al mercado "ver más allá" de un nuevo descenso del consumo provocado por la desaceleración de las economías estadounidense y europeas. Los distintos grados de restricciones a las reuniones sociales y a la actividad empresarial han vuelto a lastrar los datos de movilidad y han obligado a la población a volver a una vida de prácticamente cero consumo de combustible.
A pesar de esto, los precios se han disparado en un tercio, desde a los mínimos de apenas 34 dólares por barril de principios de mes hasta los más de 45 dólares por barril de Estados Unidos este martes, y hasta más de 48 dólares por barril en Europa. Y sin embargo, el repunte sigue pareciendo más un fenómeno de confianza que de sustancia.
Gran parte del repunte de las últimas dos semanas ha sido una reacción al aviso de Arabia Saudí y Rusia —los miembros más importantes del llamado bloque de la OPEP+— de que pospondrían por lo menos un par de meses el aumento de la producción programada en principios para enero (acuerdo al que se llegó la última vez que se reunieron). Sin embargo, la subida de los precios en respuesta a las noticias sobre las vacunas ha provocado un cambio de opinión en Moscú, que había apoyado el lunes la propuesta de los Emiratos Árabes Unidos de abrir el grifo ya en enero, aunque con un aumento de sólo 500,000 barriles al día, en lugar de los 1,9 millones que indicaba el acuerdo.
En conclusión, la OPEP y sus aliados siguen reteniendo 7.7 millones de barriles al día de la producción potencial del mercado. Ahora mismo, la OPEP espera un aumento de sólo 6.1 millones de barriles al día de la demanda mundial de cara al próximo año. Por lo tanto, las perspectivas de los precios seguirán dependiendo de la disciplina de un puñado de países cuyos presupuestos se han estirado hasta el límite este año.
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