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Por Maximilian Heath
AZUL, Argentina, 7 oct (Reuters) - El trigo de Gastón Blanchard, un productor rural de la localidad argentina de Azul, no está en buen estado.
Las puntas de sus hojas están quemadas y amarillas y los surcos de tierra del lote sembrado en junio aún están a la vista, señal de que el crecimiento de las plantas está retrasado en esta región de la provincia de Buenos Aires situada 300 kilómetros al sudoeste de la capital argentina.
"Arrancamos con buena humedad en el suelo. Pero, después, julio y agosto fueron dos meses seguidos que tuvimos cero milímetros" de agua, explica Blanchard en medio de su lote de 330 hectáreas.
Septiembre tampoco trajo mucho alivio para el trigo de Blanchard, con solo 15 milímetros de lluvias en todo el mes, una escasez de agua que afecta a muchas regiones de Buenos Aires -donde se siembra casi el 40% del área de trigo del país- y también a las provincias de Córdoba y La Pampa.
"En aquellas zonas donde no se hayan acumulado (de manera reciente) precipitaciones por arriba de los 15 o 20 milímetros es probable que la falta de humedad y el frío vaya a tener un impacto directo sobre el cultivo, sobre el rendimiento", advirtió a Reuters Esteban Copati, jefe del área de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
Para la BCBA, la cosecha de trigo 2019/20 de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales del cereal, alcanzaría una producción récord de 21 millones de toneladas. Pero el organismo advirtió la semana pasada que el cultivo en algunos partes del país se encuentra en estado crítico. trigo de Blanchard recibió cerca de 10 milímetros de lluvias a inicios de octubre y, al estar ubicado en el sur de la región agrícola de Argentina, se desarrolla en medio de temperaturas inferiores a otras zonas más boreales, que ya comienzan a notar el comienzo de la primavera austral.
No obstante, la situación dista de ser ideal para él.
"Si bien (las plantas) no están en un período crítico de definición de rendimiento, les estaría faltando agua rápido para que logren generar buenas estructuras reproductivas y el rinde no se vea afectado. Todavía están en carrera, pero necesitan agua ya", explicó.
EL REGRESO DE LAS LLUVIAS
Afortunadamente para Blanchard y cientos de productores de Argentina, las lluvias estarían en camino.
De acuerdo con Copati, octubre marcaría el regreso de las precipitaciones a la región agrícola central y en los últimos dos meses del año, cuando comienza la recolección del trigo, se consolidaría la recuperación hídrica de los suelos.
"Estas semanas son críticas porque es en este momento cuando se empieza a definir el rendimiento del cultivo", explicó Copati, que señaló que el margen oeste de la zona agrícola es el que está más comprometido por la falta de agua.
Blanchard también aguarda que la primavera en Argentina traiga las precipitaciones necesarias para que una campaña que comenzó con elevadas expectativas no termine en un fracaso.
A partir de octubre "el clima debería ser parecido a lo normal (...) Ojalá suceda, lo estamos esperando ansiosos. Es bastante necesario que eso ocurra para que no se empiece a destruir el rendimiento que el cultivo pueda generar", señaló.
(Reporte de Maximilian Heath Editado por Juana Casas/Nicolás Misculin)