Por Lissette Esquila Alonso
Infosel, marzo. 30.- Las interrupciones de viajes, así como los aislamientos de las personas en los más de 170 países afectados por la pandemia del covid,-19 han provocado que la demanda de materias primas, como el petróleo y sus derivados, se hayan desplomado poco más de 3% en lo que va del año.
Hoy, con la caída de 6.6% del precio del barril de petróleo estadounidense, o West Texas Intermediate (WTI), este cerró en 20.09 dólares por barril su menor precio desde 2002. Mientras tanto, el crudo del Mar del Norte, o Brent, cayó 8.7% a 22.76 dólares por barril, también su menor nivel en 18 años.
La amenaza de que grandes productores como Rusia y Arabia Saudita, el segundo y tercer país con mayor bombeo de crudo en el mundo, elevarán su nivel de producción en las próximas semanas, ha provocado un descalabro de 50% de los precios del petróleo en lo que va del año.
El Ministerio de Energía de Arabia Saudita dijo que aumentará sus exportaciones de petróleo en mayo a 10.6 millones de barriles por día inundando aún más al mercado y provocando afectaciones en otros rubros de la economía.
"La caída de los precios va a tener más implicaciones negativas que favorables, debido a que el avance del coronavirus mantiene la demanda estancada", dijo Luis Alfredo Hernández, director de la especialidad en Administración Energética en la Ciudad de México de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, en una entrevista.
Recientemente, el precio de los contratos de futuros del maíz y la soja, dos de los granos más consumidos en el mundo, han mostrado una fuerte correlación con los precios internacionales de petróleo.
Por ejemplo, el precio del maíz ha caído 11.7% y el de la soya ha perdido 2.7%, desde el 4 de marzo, fecha en que colapsó la alianza entre lo grades productores de crudo en el mundo, conocido como OPEP+, de acuerdo con datos del Chicago Board of Trade (CBOT), plataforma donde se comercializan productos agrícolas básicos como trigo, maíz y soja.
Los precios del maíz y la soya han ligado su comportamiento a los petroprecios, debido a que los descensos de los precios de los derivados del crudo pueden aminorar los costos de producción en la cadena de procesamiento de los granos, desde la cosecha, el procesamiento y la distribución.
De ahí que, dada la recién adquirida importancia de Brasil y Rusia, como exportadores de granos, quizá no es demasiado sorprendente que los precios de los productos agrícolas y de los petroprecios a menudo se muevan en línea con sus monedas.
"La caída de los precios del petróleo impacta al mercado de divisas de forma indirecta", dijo Erick Norland, economista principal en Londres del Chicago Mercantile Exchange (CME) Group, en un vídeo.
De esta manera, el rublo ruso frente al dólar estadounidense se ha depreciado 16.9% desde la ruptura de la coalición formada por Arabia Saudita y Rusia, --4 de marzo-- mientras que el real brasileño ha perdido 11.2% frente al dólar, en el mismo lapso. En tándem, el peso mexicano también ha acumulado un descalabro de 18%, pese a que el país ya no es un importador neto de crudo, salvo de combustibles.
Aunque, los esfuerzos de la administración de Andrés Manuel López Obrador para mantener a flote a la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) ha provocado que el desplome de los precios del petróleo afecte la nota soberana del país, y por ende la nota de la petrolera nacional, arrastrando así al peso mexicano.
La semana pasada, la agencia Standard & Poor's recortó el perfil crediticio individual de Pemex desde 'b-' a 'ccc +', ya que el descalabro de los petroprecios pondría en peligro la ejecución del plan de negocios de la empresa petrolera, debido a que un flujo de efectivo más débil limitará la capacidad de financiar completamente sus necesidades de inversión de capital.
En Mexico, el precio de la mezcla de exportación ha caído 68.6%, desde que la Arabia Saudita y Rusia rompieron su acuerdo de mantener recortes de la producción, a principios de marzo. El viernes el precio de la mezcla mexicana cerró en 13.01 dólares.
Por el lado positivo, la Eurozona y Japón son importadores netos de petróleo, por lo que la caída de los petroprecios "amortiguarán el impacto negativo del virus covid-19 al reducir sus facturas de importación y ayudar a los consumidores", explicó Norland.