El lunes, los analistas de divisas de Bank of America (BofA) analizaron los recientes movimientos del índice del dólar estadounidense (DXY) y observaron un cambio significativo en la dinámica de la divisa. A principios de 2024, la demanda del dólar durante las horas de negociación en Europa y Asia contribuyó a un repunte.
Sin embargo, la sacudida de los mercados mundiales este mes ha provocado un cambio en el sentimiento de los inversores con sede en Europa, que ahora están colectivamente cortos netos en el USD para el año. Este cambio coincide con la ruptura del par EURUSD hacia 1,10.
Los analistas señalaron que el atractivo del USD ha disminuido para los inversores extranjeros a medida que los datos económicos de EE.UU. comenzaban a alinearse más estrechamente con los del resto del mundo, acompañados de una caída de los rendimientos estadounidenses. De cara al futuro, el equipo de divisas de BofA esbozó tres posibles implicaciones para el mercado de divisas.
En primer lugar, prevén que continúe la tendencia alcista del EURUSD, alcanzando su previsión de final de año de 1,12, con inversores tanto de EE.UU. como de Europa que probablemente sigan esta tendencia.
En segundo lugar, las divisas rezagadas, como el dólar australiano (AUD), podrían tener más oportunidades de apreciarse a medida que los inversores europeos ajusten sus posiciones largas en dólares. En tercer lugar, los analistas prevén un aumento de la volatilidad del EURUSD durante las horas de negociación en EE.UU. a medida que se acerquen las elecciones estadounidenses.
El equipo de BofA también reconoció un riesgo para sus perspectivas: un resurgimiento de la demanda del USD por parte de los inversores con sede en Europa si se intensifican las tensiones geopolíticas mundiales. Esto podría alterar la trayectoria actual del par de divisas y afectar a la dinámica del mercado de divisas.
En otras noticias recientes, la economía estadounidense ha sido testigo de una serie de acontecimientos. Según los analistas de ING, la Reserva Federal se prepara para un recorte anticipado de los tipos de interés, ya que el índice del dólar estadounidense (DXY) cayó por debajo del umbral significativo de 102,16. Este movimiento responde a un ajuste sistemático y se espera que provoque una mayor debilidad del dólar.
La producción manufacturera estadounidense experimentó un retroceso en julio debido a una caída significativa de la producción de vehículos de motor y a los efectos del huracán Beryl. Sin embargo, los precios de importación estadounidenses experimentaron un aumento marginal en julio, debido principalmente a una ligera recuperación de los costes de los productos energéticos. Esta tendencia ha reforzado la previsión de una reducción de los tipos de interés de la Reserva Federal en septiembre.
En el frente laboral, el número de estadounidenses que solicitaron prestaciones por desempleo la semana pasada descendió, lo que apunta a una ralentización estable del mercado laboral. El Departamento de Trabajo informó de un descenso en las solicitudes iniciales de subsidios de desempleo estatales.
Mientras tanto, la administración Biden, junto con la vicepresidenta Kamala Harris, ha estado trabajando en políticas económicas centradas en reformas fiscales, la lucha contra la inflación y el fomento de la política industrial. Su objetivo es crear un sistema fiscal equitativo, dirigido especialmente a los ricos y las grandes empresas, sin afectar a los que ganan menos de 400.000 dólares anuales. Estos son algunos de los acontecimientos recientes que los inversores siguen con atención.
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