BERLÍN, 22 jul (Reuters) - Alemania obligará a las empresas cárnicas a contratar directamente el personal que trabaja en sus mataderos industriales en lugar de subcontratarlo, a fin de evitar nuevos brotes de coronavirus exacerbados por las malas condiciones de trabajo, según mostró un proyecto de ley el miércoles.
Los mataderos alemanes han recibido críticas por el uso generalizado de trabajadores inmigrantes subcontratados procedentes del este de Europa, hacinados en alojamientos de reducidas dimensiones y con sistemas de supervisión deficientes que se sospecha que aceleran los brotes locales de coronavirus en los estas plantas.
El ministro de Trabajo alemán, Hubertus Heil, ha condenado el sistema de "sub-subcontratación" de los mataderos, donde los subcontratistas dependen de otros subcontratistas para conseguir personal.
El proyecto de ley, presentado por Heil y al que ha tenido acceso Reuters, prohíbe la subcontratación en las principales áreas de negocio del sector, a saber, el sacrificio de animales y el procesamiento de la carne. A las empresas sólo se les permite subcontratar trabajadores en áreas de negocios no centrales como la limpieza.
También establece una regulación más estricta de los alojamientos compartidos para los empleados y una cuota mínima de inspecciones anuales realizadas in situ en las empresas.
Los negocios cárnicos pequeños y familiares con menos de 30 empleados están exentos de las nuevas normas, que se aplicarán a partir de enero de 2021.
Se espera que el gabinete de la canciller Angela Merkel apruebe el proyecto de ley la próxima semana, después de recibir más aportaciones de otros ministerios.
El grupo cárnico Tönnies, una de cuyas plantas ha registrado un brote masivo de coronavirus en el oeste de Alemania, ha dicho que contrataría 1.000 trabajadores directamente para el 1 de septiembre y dejaría de usar subcontratistas.
La planta de Tönnies en Rheda-Wiedenbrueck reabrió sus operaciones de sacrificio de animales y procesado de carne la semana pasada, después de haber reforzado sus protocolos de salud y seguridad.
La planta, particularmente importante para el sector porcino alemán, cerró a mediados de junio después de que unos 1.500 trabajadores dieran positivo en COVID-19. El brote provocó que unas 600.000 personas de la región circundante volvieran a ser puestas bajo confinamiento, el cual ya ha sido levantado.
(Información de Holger Hansen; escrito por Michael Nienaber; editado por Maria Sheahan y Madeline Chambers; traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)