Según las últimas estimaciones, generamos alrededor de 2,5 quintillones de bytes de datos cada día. Eso es 2,5 seguido de 17 ceros —o más bien 2,5 billones de millones— un número que es imposible de visualizar de forma intuitiva, pero que sin embargo tiene implicaciones masivas para nuestra privacidad en línea, nuestra seguridad y nuestra capacidad para mantener nuestras identidades digitales bajo nuestro control personal. De hecho, recientes encuestas indican que hasta el 89 por ciento de los consumidores creen que las corporaciones actualmente no están haciendo lo suficiente para proteger sus datos, mientras que más de la mitad de todos los CEO y ejecutivos de C-suite admiten que la mayoría de los consumidores tienen razón al dudar de esto.
Dada la abrumadora escala de este problema, hay pocas posibilidades de que se resuelva de la noche a la mañana. Sin embargo, tal como lo informó Cointelegraph en un análisis el año pasado, surgió un número creciente de plataformas basadas en blockchain con la promesa de hacer que los datos relacionados con la identificación digital sean más manejables. Gracias a la aparición de la tecnología blockchain ahora es posible un nuevo paradigma —la identidad de soberanía propia— que se perfila para proporcionar a los individuos un control directo sobre las 'perlas' de datos y las credenciales que demuestran quiénes son. Organizaciones como la Fundación Sovrin, Bloom y Civic están compitiendo para darse cuenta de este paradigma, mientras que una gama cada vez mayor de instituciones privadas y públicas ahora planean construir sus propios sistemas basados en blockchain.