Las distorsiones de la economía venezolana se mantienen a la orden del día, a pesar de los esfuerzos del gobierno por paliar los problemas que han llevado al país a ser considerado la peor economía del mundo.
Como consecuencia de las sanciones unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, el gobierno no ha podido desarrollar libremente las relaciones financieras necesarias para estimular sus mercados. Para combatir este problema, Nicolás Maduro propuso la creación de una criptomoneda que permitiera intercambiar valor fuera de la estructura bancaria tradicional.
Un Plan de adopción que no compagina con la «dimensión fiat» de un país en crisis El plan de adopción del Petro comenzó por promover su uso como una unidad de cuenta, posteriormente los tokens comenzaron a liberarse de manera silenciosa, originando un ecosistema de trading de muy poco —pero creciente— volumen, sin embargo, una decisión del presidente Maduro a mediados de diciembre de 2019 cambió la realidad de la criptomoneda: Regaló 0.5 Petros a cada jubilado, pensionado y funcionario público del país.
La medida, por supuesto, originó un flujo inusual de personas que se apresuraron a gastar su criptomoneda (muchos sin ni siquiera conocer la tecnología). En varias partes del país se registraron largas filas de personas que esperaban por horas para poder pagar sus compras navideñas con esta criptomoneda, a través de una tecnología que permitió enlazar una wallet especial a la plataforma del Banco de Venezuela.
Sin embargo, la locura decembrina parece haber culminado con la resaca de enero, y es que durante los últimos días, el Bolívar registró una devaluación récord de casi un 30% en el mercado paralelo, de acuerdo con las cuentas de Twitter e Instagram encargadas de publicar los precios.
Luego de promediar unos 50.000 Bolívares por en diciembre de 2019, el mercado negro inauguró la década superando los 75.000 Bolívares. Muchos creen que pudo deberse al exceso de liquidez producto del “Airdrop” promocionado por Maduro, mientras que otros consideran que se trata de otra manipulación mas del mercado.
1 Petro = 1 Petro A pesar de esta distorsión, el Petro se ha mantenido relativamente estable respecto al dólar. De acuerdo con la calculadora de la tasa oficial, 1 Petro tiene un valor de 59.05 dólares o 3.214.919.20 Bolívares. Esto arroja una tasa oficial de 54.444 Bolívares por dólar, similar a la reportada por el Banco Central de Venezuela de acuerdo con los métodos legales de subastas de divisas.
De igual manera, en las exchanges locales, el precio también se ha mantenido estable.
En la Exchange Amberes, el último valor del Petro al momento de redactar esta nota fue de 2.350.000. Aunque es de notar que en el mercado secundario (el fijado libremente en exchanges privadas) el Petro tiene un valor en dólares menor al oficial.
Por su parte, en Criptolago el Petro tiene un valor de unos 2.978.035.52 Bolívares para la compra.
De igual forma, Bancar, la única Exchange con un par Petro/USD muestra una tasa de trading al momento de redacción del presente artículo de unos 59.82 dólares por cada Petro
Parece que a pesar de los problemas del Bolívar, el Petro aún mantiene sus cualidades entre traders. Viendo este caso, la idea de algunos entusiastas de que se produzca una «sustitución» de monedas parece ser cada vez mas factible.
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