En septiembre, el sector de servicios ruso experimentó una ralentización del crecimiento, según el último Índice Global de Gestores de Compras (PMI) de S&P.
El PMI de los servicios rusos bajó a 50,5 desde los 52,3 de agosto, lo que indica un aumento marginal de la actividad empresarial. Este cambio refleja un aumento más débil de la demanda y un ritmo más moderado en la contratación dentro del sector.
Las empresas se enfrentaron a presiones inflacionistas, que se tradujeron en un aumento de los costes para los clientes debido a un incremento significativo de los precios de venta. A pesar del aumento de la demanda, hubo casos en los que la actividad de los clientes experimentó una ralentización, según informó S&P Global.
La creación de empleo en el sector servicios también experimentó un descenso, marcando la expansión más débil desde febrero. Los nuevos pedidos siguieron creciendo por tercer mes consecutivo, pero a un ritmo más lento que el mes anterior.
La encuesta indicó que había capacidad sobrante en el sector servicios, como demuestra el descenso de la cartera de pedidos por sexto mes consecutivo.
Sin embargo, hubo un resquicio de esperanza, ya que la confianza empresarial alcanzó su nivel más alto desde mayo, impulsada por la inversión prevista en publicidad y la previsión de un aumento de los nuevos pedidos.
En una nota relacionada, una encuesta hermana publicada el martes destacaba que el sector manufacturero ruso se contrajo en septiembre por primera vez en más de dos años. Esta contracción se atribuyó a descensos en los niveles de producción, nuevos pedidos y empleo.
Reuters ha contribuido a este artículo.
Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.