por Eduardo García
Infosel, enero. 2.- Tan pronto y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, terminó su conferencia de prensa para presentar los resultados de su investigación en torno al posible caso de enriquecimiento inexplicable del director general de la empresa eléctrica estatal, Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, una lluvia de críticas arreció en su contra.
Con la exoneración de Bartlett que en esencia realizó la funcionaria, en quien muchos incluso habían confiado para encabezar los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador por combatir las muy extendidas y enraizadas prácticas corruptas en el país, sus adversarios y los del presidente no tardaron en denunciar su actuación como un acto más de simulación, que incluso pone en entredicho la supuesta "cuarta transformación" (4T) que el actual gobierno quiere hacer de la vida de la nación.
"Manuel Bartlett exonerado por el poder. . . la 4T acaba de constatar que cuando de los suyos se trata, la corrupción no será combatida; será tolerada", escribió Denise Dresser, una analista política, ese día en Twitter tras conocer los resultados de la investigación encabezada por Sandoval y en una referencia irónica al supuesto logro de López Obrador de que en su gobierno la corrupción, cuando menos, ya no es tolerada.
"¿Distintos? Son idénticos", concluyó en su tuit Dresser.
Claro que, si bien es comprensible que las conclusiones a las que llegó Sandoval en torno a las denuncias por enriquecimiento ilícito que recibió la Secretaría de la Función Pública (SFP) contra Bartlett, dejaran insatisfechas a los adversarios del gobierno lopezobradorista, por la simple rivalidad política que existe entre ellos, no deja de ser revelador también que simpatizantes del proyecto del actual gobierno, también protestaran los resultados de la investigación de Sandoval.
Para analistas políticos como Sergio Aguayo o Lorenzo Meyer, ambos partidarios, en general, de las políticas económicas y sociales del actual gobierno, la actuación de Sandoval y sus conclusiones dejaron mucho que desear.
"El texto de 29 cuartillas es lamentable tanto en el fondo como en la forma", escribió, por ejemplo, Aguayo, en su columna semanal publicada por el diario Reforma, entorno al reporte que dio a conocer Sandoval. "Sólo investigó el año que lleva Bartlett como funcionario de la 4T. No escarbó las finanzas de la pareja de 20 años ni a los respectivos hijos; probablemente enriquecidos por la cercanía con el político. Se excusó diciendo: ninguno de ellos es servidor público y la relación sentimental no cumple con los supuestos jurídicos de cónyuge o concubina".
El enojo de Aguayo contra el resultado de la investigación se centra en que las demandas de corrupción contra Bartlett nacen de una investigación periodística que al parecer la secretaria de la Función Pública no revisó a fondo para determinar si hubo o no un mal uso de recursos públicos por parte del ahora director de CFE y antes senador y gobernador por el estado de Puebla, además de haber sido también secretario de Gobernación y de Educación durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, respectivamente.
En esa investigación periodística, realizada por Arely Quintero, y divulgada en el programa radiofónico vespertino "Así las cosas" conducido por Carlos Loret de Mola en la estación W, la periodista descubre un imperio inmobiliario en el que participan la pareja sentimental de Bartlett, Julia Elena Abdala Lemus, y sus dos hijos, León Manuel Bartlett Álvarez y Alejandra Bartlett Álvarez.
Si bien la investigación de Quintero no prueba que Bartlett esté directa o indirectamente detrás de los 23 bienes (dos terrenos más 21 casas o departamentos, ubicados en los barrios más caros de la capital del país) propiedad de su pareja y sus descendientes y que no hizo públicos en su declaración patrimonial, Aguayo y otros esperaban que Sandoval, al frente de Función Pública, indagara y confirmara si existían vínculos del funcionario público con los fondos que emplearon Abdala y los Bartlett Álvarez para hacerse de esos bienes inmuebles, a los que irónicamente Quintero bautizó con el nombre de la empresa ficticia: Bartlett Bienes Raíces S.A. de C.V., en una clara insinuación de que lo están.
Para muchos, si Sandoval carecía de las facultades para poder realizar ese tipo de investigación, como indirectamente argumentó la funcionaria al presentar las conclusiones de su investigación, ella debió al menos indicar en el reporte que había tramitado a otra dependencia la carpeta de investigación correspondiente para que ahí, de acuerdo a sus facultades, averiguaran si Bartlett fue o no prestanombre de su pareja sentimental e hijos, como insinuó Quintero en su reportaje.
Pero al no hacerlo y al no encontrar ningún indicio de conducta ilegal por parte del funcionario, es decir, al exonerarlo, muchos creen que Sandoval incumplió con su obligación y lastimó la reputación de López Obrador, también conocido como AMLO por sus iniciales, en su lucha contra la corrupción, más cuando incluso dio a entender, hasta cierto punto de manera ingenua, que al no existir documentos oficiales, que vincularan a Bartlett con esas propiedades el no estuvo detrás de esas compras.
"Esta secretaría no cuenta con ningún elemento que sugiera que estos sean prestanombres del servidor público, en virtud de que no se tiene constancia de la existencia de títulos, acciones o instrumentos jurídicos con los que se ejerzan actos de domino sobre los respectivos inmuebles", dijo el informe técnico que presentó la SFP del caso.
Esta respuesta, sin embargo, fue la que despertó las mayores críticas a la investigación de Sandoval, al frente de la dependencia, y la que generó la solicitud de algunos de que el gobierno de López Obrador aclare a fondo si hubo dinero de Bartlett, supuestamente malhabido y subrepticio, en las adquisiciones de las propiedades de su pareja sentimental e hijos.
"Bartlett implica un costo político creciente para AMLO", escribió el también historiador y profesor emérito del Colegio de México, Meyer, en su cuenta de Twitter. "Para salvar la situación se requiere no sólo el aval de la SFP a la declaración de bienes del director de CFE sino aclarar de una vez por todas el origen lícito de los bienes que se atribuyen a sus hijos y a su pareja".
El llamado de Meyer para aclarar el origen de los fondos que utilizaron la pareja sentimental de Bartlett y sus hijos para hacerse de ese importante número de propiedades es poco probable que surta efecto.
El mismo presidente López Obrador dijo, al día siguiente de que Sandoval revelara las conclusiones de su investigación, sentirse satisfecho con el trabajo realizado por la encargada de la SFP.
"Yo creo que es suficiente lo que hizo la secretaria de la Función Pública. Ella es una mujer íntegra, es una mujer honesta, no sería capaz de tapar un acto de corrupción", dijo el mandatario, en esa conferencia, realizada en Palacio Nacional, agregando que para él las protestas contra la actuación de Sandoval y los resultados de su pesquisa las explican las rivalidades políticas y la frustración que tienen sus adversarios de que él esté en el poder y de que se estén descubriendo casos de corrupción de administraciones pasadas, como el recién arresto en Estados Unidos del exsecretario de Seguridad Púbica, Genaro García Luna, por vínculos con cárteles de la droga.
García Luna fue un alto servidor público durante los gobiernos de los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, dos rivales políticos de López Obrador.
"Entonces, yo considero que la investigación que hizo la secretaria Irma Eréndira es profesional, está apegada a la realidad y que lo que hay en todo esto es mucha fobia, mucho coraje del conservadurismo", agregó López Obrador, sin tampoco profundizar en la pregunta que todo mundo se hace: ¿cómo la pareja sentimental y los hijos de Bartlett amasaron una fortuna para adquirir tantas propiedades?.
La respuesta de López Obrador dejó de inmediato no sólo insatisfechos a algunos de sus seguidores, sino que dio armas a sus críticos de seguir cuestionando la integridad de su gobierno y de las políticas que ha venido imponiendo y que según él no dan pie ya a actos de corrupción como los que ocurrían en el pasado.
Sandoval, "la funcionaria que presumió una nueva ética pública acaba de demostrarnos cuán flexible, moldeable y discrecional es", escribió Dresser en su columna publicada en Reforma. "La Dama de Hierro, convertida en figurita de lladró; la Robespierre con una guillotina de plástico; la implacable que resultó serlo selectivamente. Y al doblarse como lo hizo para proteger a Bartlett, no sólo se daña a sí misma. Su inmolación se vuelve otro auto-sabotaje para la Cuarta Transformación".