Por Kanupriya Kapoor
CILACAP, Indonesia, 26 abril (Reuters) - Los familiares de varios presos condenados a muerte en Indonesia hicieron peticiones de gracia de última hora el domingo, sumando sus voces a los gobiernos extranjeros y al jefe de las Naciones Unidas, quien pidió que se salvase al grupo de nueve personas del pelotón de fusilamiento.
Indonesia informó este fin de semana que el grupo de convictos, condenados por delitos relacionados con las drogas y que incluye a varias personas de Brasil, Ghana, Nigeria, Filipinas y Australia, iban a ser ejecutados en cuestión de días, posiblemente tan pronto como el martes.
Las peticiones de clemencia fueron dirigidos al presidente Joko Widodo, cuya determinación para tratar con dureza a los delitos de drogas ha ganado apoyo popular en el país. Indonesia reanudó las ejecuciones en 2013 después de una moratoria de cinco años y seis convictos han sido fusilados en lo que va de año.
Sin embargo, la postura dura de Widodo ha suscitado críticas internacionales y ha tensado las relaciones con varios países, en particular con la vecina Australia .
"Hay nueve personas con familias que los aman (...) por lo que piden al presidente que use sus poderes para intervenir y salvar sus vidas", dijo Chintu Sukumaran a los periodistas después de visitar a su hermano australiano, Myuran, en una cárcel de alta seguridad en la isla de Nusakambangan, en el centro de Java.
Dijo que Widodo debía mostrar la misma misericordia que él había pedido a otros países en los que los indonesios se habían enfrentado a la ejecución.
Sukumaran y su compañero australiano Andrew Chan, que también fue condenado a muerte, eran los cabecillas de los llamados "Nueve de Bali", que fueron detenidos en 2005 en la isla turística de Bali por intentar sacar de contrabando 8 kilogramos de heroína. Los otros miembros de la banda, todos australianos, han sido encarcelados en Indonesia.
PRESIÓN DIPLOMÁTICA
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, instó a Widodo el sábado a no ejecutar a los prisioneros, y le pidió que "considerara urgentemente una moratoria de la pena capital en Indonesia, con vistas a su abolición".
Continuando con la presión diplomática, el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, dijo a los periodistas que planeaba hablar con Widodo durante una cumbre de líderes del sudeste asiático en Kuala Lumpur para intentar salvar la vida de la filipina Mary Jane Fiesta Veloso, madre de dos hijos.
Veloso, que afirma haber sido encarcelada por error después de haber sido contratada por una agencia de colocación, entregó cartas manuscritas en las que insistía en su inocencia a varios funcionarios del gobierno filipino que la visitaron el domingo.
(Información adicional de Chris Nusatya en Yakarta, Angie Teo en Kuala Lumpur, Chris McCall en Sídney.; Escrito por Fergus Jensen; Traducido por Gabriel Sánchez)