En una significativa escalada de las hostilidades, Israel llevó a cabo ataques aéreos en la ciudad de Aitou, en el norte de Líbano, que causaron al menos 21 víctimas mortales, según informaron las autoridades sanitarias. El ataque del lunes tuvo como objetivo una casa alquilada por familias desplazadas, según el alcalde de Aitou, Joseph Trad. El Ministerio de Sanidad libanés confirmó que el ataque también causó heridas a ocho personas.
Las operaciones del ejército israelí, anteriormente concentradas en el valle de la Bekaa, los suburbios de Beirut y el sur del Líbano, se han extendido ahora a las regiones del norte. Esta expansión ha provocado un aumento de las tensiones con las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, sobre todo después de que varias posiciones de la ONU fueran atacadas durante enfrentamientos entre fuerzas israelíes y militantes de Hezbolá. El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su honda preocupación el lunes tras estos incidentes.
El Primer Ministro Benjamín Netanyahu, durante su visita a una base militar israelí central donde el domingo murieron cuatro soldados por un ataque de un avión no tripulado de Hezbolá, declaró la intención de Israel de continuar su postura agresiva contra Hezbolá "sin piedad", incluso en Beirut. Las declaraciones de Netanyahu subrayan la determinación del gobierno israelí de combatir al grupo respaldado por Irán en todo Líbano.
Como medida de precaución contra los ataques con proyectiles, millones de israelíes han buscado refugio. El ejército israelí informó de que el lunes interceptó tres proyectiles procedentes de Líbano, sin que se produjeran heridos, y declaró que unos 115 proyectiles disparados por Hezbolá habían cruzado a Israel.
El conflicto se reavivó hace un año, cuando Hezbolá empezó a lanzar cohetes contra Israel en solidaridad con Hamás durante la guerra de Gaza. La violencia se ha intensificado recientemente, e Israel afirma que sus acciones pretenden facilitar el regreso de los israelíes desplazados de las regiones septentrionales.
Las acciones militares israelíes también se han intensificado en el norte de Gaza, donde, según informes, al menos 10 personas murieron mientras hacían cola para comprar alimentos en Jabalia.
Las relaciones entre Israel y la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, la FPNUL, se han tensado a medida que Israel prosigue su avance por el sur de Líbano. Netanyahu ha tachado de "completamente falsas" las acusaciones de daños deliberados a las fuerzas de paz de la FPNUL y ha reiterado su petición de que se retiren de las zonas de combate cercanas a la frontera israelí.
Expresó su pesar por cualquier daño sufrido por el personal de la FPNUL, pero subrayó que la mejor forma de garantizar su seguridad es evitar las zonas de conflicto.La FPNUL, sin embargo, ha afirmado su compromiso de mantener su presencia en el sur del Líbano, según declaró su portavoz Andrea Tenenti.
En una demostración ante periodistas extranjeros, el ejército israelí reveló el pozo de un túnel de Hezbolá y depósitos de armas muy cerca de una posición de la FINUL, poniendo de relieve los esfuerzos militares en curso para desmantelar la infraestructura de Hezbolá.
Con Oriente Próximo en alerta máxima, preocupa la posible represalia israelí contra Irán tras el ataque con misiles del 1 de octubre, que fue una respuesta a los ataques israelíes contra Líbano.
En medio de la escalada de violencia, la embajada de Estados Unidos en Líbano ha instado a los ciudadanos estadounidenses a abandonar el país, indicando que los vuelos organizados por el gobierno y disponibles desde el 27 de septiembre podrían no continuar indefinidamente. Del mismo modo, Australia ha desaconsejado a sus ciudadanos viajar a Israel y ha recomendado a los australianos que se encuentran en el país que salgan mientras los vuelos comerciales sigan siendo una opción.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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