La inflación mayorista de Japón se disparó en mayo a su ritmo más rápido en nueve meses, lo que indica que la depreciación del yen está ejerciendo una presión inflacionista adicional al aumentar el coste de las materias primas importadas. Este repunte supone un reto para el Banco de Japón (BOJ) a la hora de considerar el calendario de subidas de los tipos de interés.
El índice de precios de bienes corporativos (IPCB), que sigue los precios que las empresas se cobran entre sí, subió un 2,4% en comparación con el mismo mes del año pasado, superando la previsión mediana del mercado de un aumento del 2,0%. Esta aceleración, por cuarto mes consecutivo, se debió principalmente a la subida de los precios de los servicios públicos, el petróleo, los productos químicos y los metales no ferrosos.
Un índice que sigue los precios de los bienes de importación en yenes también reflejó un aumento significativo, subiendo un 6,9% en mayo con respecto al año anterior, frente a un aumento del 6,6% en abril. Esta subida subraya el impacto de la caída del yen en el coste de importación de las materias primas.
Estas presiones inflacionistas llegan en un momento en que el BOJ está analizando diversos factores, incluidos estos últimos datos, durante una reunión de política monetaria de dos días que concluye el viernes. A pesar de la preocupación por la inflación, se prevé que el banco central mantenga su objetivo de tipos de interés a corto plazo entre el 0% y el 0,1%.
En marzo, el BOJ puso fin a ocho años de tipos de interés negativos y redujo su programa de estímulo radical, anticipando que la inflación se estabilizaría en torno a su objetivo del 2%. El Gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, ha declarado anteriormente que el banco consideraría nuevas subidas de tipos si se muestra más seguro de que la inflación persistirá en torno al 2%, como se preveía en abril.
La previsión actual del banco central es que la inflación subyacente al consumo alcance el 2,8% en el año fiscal que comenzó en abril, con expectativas de un descenso al 1,9% en los años fiscales 2025 y 2026. Sin embargo, sigue preocupando que la actual subida de los precios al por mayor, que podría traducirse en un aumento de los precios al consumo, frene el consumo y retrase el deseado cambio hacia una inflación impulsada por la demanda.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.