En un importante movimiento diplomático, el primer ministro saliente de Japón, Fumio Kishida, celebrará una cumbre crucial con el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol. Este encuentro se produce cuando el mandato de Kishida toca a su fin y se considera un gesto esencial de apoyo a Corea del Sur y una indicación para que sus posibles sucesores sigan fomentando las relaciones positivas entre ambas naciones.
La cumbre, orquestada con el impulso del presidente estadounidense Joe Biden, marca un giro respecto a los deteriorados lazos anteriores debido a antiguas disputas derivadas de la ocupación histórica de Corea por parte de Japón. Las autoridades han subrayado la importancia de esta cumbre para mantener un frente unido frente a los desafíos regionales, especialmente los de Corea del Norte y China.
La fortaleza de la recién descubierta asociación entre Japón y Corea del Sur se enfrentará pronto a la prueba de la transición política, ya que se avecina la marcha de Kishida y las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre podrían traer cambios en la Casa Blanca. Tetsuo Kotani, miembro del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales, destacó la expectativa de que el sucesor de Kishida mantenga la trayectoria actual de la relación bilateral.
No se espera que la próxima visita a Seúl depare grandes anuncios, pero los funcionarios estadounidenses la consideran crucial para la continuación de los esfuerzos de colaboración en la región. El viaje de Kishida se percibe como un mensaje dirigido al panorama político japonés, en el que se subraya que la asociación con Corea del Sur debe seguir siendo un elemento constante de la política exterior de Tokio.
Está previsto que el Partido Liberal Democrático de Japón celebre elecciones el 27 de septiembre para elegir al sucesor de Kishida. El año pasado, una reunión en Camp David con el presidente Biden, Kishida y Yoon consolidó su compromiso de profundizar en la cooperación militar y económica y abordar las polémicas acciones de China en el mar de la China Meridional.
Yoon ha expresado su confianza en que la asociación persistirá gracias a los acuerdos diplomáticos en vigor. Un alto funcionario del gobierno surcoreano señaló que, aunque existen incertidumbres sobre un nuevo primer ministro japonés, los aspectos fundacionales de la relación no se verán afectados. Por ello, la visita de Kishida se considera una reafirmación de la importancia de mantener lazos sólidos con Corea del Sur.
Kishida ha expresado su firme deseo de reunirse con Yoon antes de dejar el cargo, y se espera que de la cumbre salga un memorando de entendimiento sobre la evacuación de civiles de terceros países en situaciones de emergencia. Aunque los surcoreanos esperan que Kishida aborde cuestiones históricas relacionadas con los trabajos forzados durante la ocupación japonesa, se prevé que la visita en sí sirva para apoyar los intercambios diplomáticos en curso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores japonés ha manifestado su deseo de ampliar la relación con Corea del Sur hacia una fase más dinámica. Mientras Kishida se prepara para su último compromiso diplomático con Yoon, la atención sigue centrada en garantizar que los avances logrados en las relaciones entre Japón y Corea del Sur se mantengan a través de los inminentes cambios políticos.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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