Naciones Unidas ha informado de que se prevé que el actual conflicto entre Israel y el grupo armado Hezbolá provoque un importante descenso del 9% en el PIB de Líbano. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) prevé que el impacto económico y la magnitud de las hostilidades superarán los experimentados durante la guerra de 2006.
El PNUD llevó a cabo una rápida evaluación del impacto del conflicto en la economía libanesa, revelando que se prevé que el PIB del país experimente una brusca caída estimada del 9,2%, lo que se traduce en un retroceso de unos 2.000 millones de dólares. Este descenso se atribuye a las consecuencias directas del conflicto en curso.
El PNUD también prevé que las necesidades de financiación del gobierno libanés aumenten un 30% mientras el país se enfrenta a las repercusiones de la guerra, que se prevé durará hasta finales de 2024. Líbano se enfrentaba ya a una grave recesión económica y una crisis política cuando se intensificaron las hostilidades el año pasado, con Hezbolá lanzando cohetes contra Israel.
El conflicto se ha recrudecido en las últimas semanas, cuando Israel ha ampliado su campaña de bombardeos para incluir los suburbios del sur de Beirut, ciudades clave del sur del Líbano y zonas del valle oriental de la Bekaa fronterizas con Siria.
El PNUD advierte de que los daños causados a las infraestructuras, la vivienda y las capacidades productivas de Líbano, como las fábricas, podrían ser comparables a los de la guerra de 2006, que causó daños estimados entre 2.500 y 3.600 millones de dólares. Sin embargo, se prevé que las consecuencias económicas para Líbano en 2024 sean mucho más graves.
Se prevé que las actividades comerciales disminuyan un 21% debido al cierre de pasos fronterizos críticos, con pérdidas de empleo en los sectores del turismo, la agricultura y la construcción. El informe también destaca las enormes pérdidas medioambientales del año pasado, incluidos los riesgos que plantean las municiones sin detonar y la contaminación por materiales peligrosos, en particular el uso de fósforo blanco en el sur de Líbano.
Se prevé que los ingresos públicos disminuyan un 9%, y que la inversión total se reduzca más de un 6% hasta 2025 y 2026. Mientras el Líbano se enfrenta a estos retos, el PNUD hace hincapié en la necesidad de aumentar la ayuda internacional para apoyar la recuperación sostenible, abordar las necesidades humanitarias y mitigar las consecuencias sociales y económicas a largo plazo del conflicto.
El ministro libanés encargado de la respuesta a la crisis ha indicado que el país necesita 250 millones de dólares al mes para apoyar a más de 1,2 millones de personas desplazadas por los ataques israelíes. En breve se celebrará una cumbre organizada por Francia con el objetivo de recabar apoyo internacional para Líbano en estos tiempos difíciles.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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